Al resguardo de la falta de agua y las perseverantes olas de calor de otros años, el cultivo de maíz concretaría una mayor producción. El rinde medio nacional estimado sube 3 quintales, pasando a 76,2 qq/ha.

La producción de soja se estima en 54,5 millones de toneladas. Finalmente, de las 19,6 M de ha estimadas hace un mes se alcanzaron a sembrar 19,2 M de ha. Pero a ese número deberá restársele 960 mil ha pérdidas por lo que quedarían a cosecha 18,24 M de ha. Entre lo que no se llegó a sembrar, y lo que fue implantado y luego malogrado, el dipolo climático provocó una caída en el nivel del área a cosechar de 7 puntos sobre la siembra prevista hace un mes. El estrés termo-hídrico se cobró 450 mil ha en el sudeste bonaerense. En cambio en la región centro, fueron los excesos los responsables de frustrar los planes de 720 mil hectáreas. Pese a todo esto, la primera estimación de la oleaginosa hecha sobre la condición de los lotes muestra rindes optimistas. El estado de los cultivos de soja y los recientes aportes a las reservas de agua permiten estimar un rinde promedio nacional de 29,9 qq/ha.

En el cultivo de maíz, es destacable el estado de los cultivos de Córdoba. Las expectativas provinciales van en suba, ascendiendo 3,6 quintales por sobre la marca del mes pasado, con 84,8 qq/ha. En Buenos Aires, también se espera una mejor cifra con 2,1 quintales más. El rinde bonaerense trepa a 78,5 qq/ha, pero también hay más hectáreas que se han malogrado. Santiago del Estero sube expectativas para esta campaña. Santa Fe y Entre Ríos, mantienen buenas perspectivas con 90 y 74 qq/ha respectivamente. En la región central los maíces de segunda, aceleran su desarrollo y mejoran sus condiciones tras las dificultades en la implantación. Todo esto permite mejores expectativas de la campaña, arrojando 36,5 millones de toneladas de producción. La producción estimada aumentó en un millón de t frente al informe anterior debido a las expectativas de ajustes positivos en los rindes. Sin cambios en el hectareaje implantado, se mantienen los guarismos de siembra de 5,84 M de ha, y una superficie destinada a grano comercial de 4,78 M de ha.

Soja 2016/2017

Región Pampeana

Llegó la tregua tras los fuertes embates de lluvias semanales y de grandes volúmenes de agua. Fueron las protagonistas indiscutidas desde mediados de diciembre y hasta la tercera semana de enero. Una y otra vez golpearon sobre la región centro y en particular sobre la provincia de Santa Fe. La vuelta del buen tiempo fue oportuna para poner un freno a las pérdidas por anegamientos, la mayor problemática de esta campaña en soja.

En las siguientes semanas, la alta demanda atmosférica junto a la activa evapotranspiración de los cultivos de soja temprana, ya avanzando en sus estadios reproductivos, predominó en el balance hídrico. De esta manera, disminuyó la presencia de agua en la superficie de los lotes; se pudo volver a entrar a los cuadros para los controles de malezas y plagas, y muy de a poco los niveles de las napas han ido cediendo. Plasmamos esta situación, mostrando la clasificación de humedad en los suelos de Argentina al 18 de enero, y con el escenario a la fecha presente.


De todas formas, esto ha tenido consecuencias muy serias para la campaña. Se estiman pérdidas asociadas a los excesos hídricos en la región central en torno a las 720 mil ha, entre los planes de siembra y resiembras de soja de segunda que no ha sido posible realizar y las pérdidas de área por anegamientos totales y parciales de cuadros de sojas de primera.

Por otro lado, condiciones opuestas le restaron al sudeste bonaerense 450 mil ha al área de soja. Allí, la falta de agua, que no dejó de acechar hasta hace pocos días, agravadas por las altas temperaturas e intensos vientos, llevó a la campaña de soja a un escenario de máxima preocupación.

A pesar de este panorama de contrariedades, recordando las circunstancias del año pasado, hay algunas situaciones de este inicio de febrero del 2017 que son interesantes destacar. A estas alturas del año pasado, en el este del país, sobre todo en la provincia de Entre Ríos y buena parte de la franja este bonaerense, la limitación hídrica comprometía los cultivos, hecho que luego se corroboró con los resultados de cosecha. Pero esta vez, la falta de agua, que desde su gran foco de actuación en el sudeste de Buenos Aires, amenazaba desplegarse hacia el centro y el oeste, por el contrario, en este ciclo ha retrocedido. Las últimas lluvias y sobre todo la más reciente, aparte de tener un comportamiento más moderado en las regiones vulnerables de la franja central, esta vez ha alcanzado a las áreas más necesitadas, como se observa en la imagen de las lluvias del 3 al 6 de febrero:

Exceptuando los lotes afectados, en buena parte de la provincia de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires los cuadros de soja se encuentran en muy buenas condiciones, prevaleciendo un crecimiento activo. Los lotes más avanzados están transitando el llenado de semilla. Mientras se intensifican los controles de plagas y enfermedades, el resto comienza a transitar el período crítico sin mayores inconvenientes por las reservas de agua acumulada. Las sojas de segunda también se están desarrollando en buenas condiciones en este sector de la región pampeana.

Por todo esto, la condición de los cultivos en general ha mejorado, y en términos de rindes provinciales, las estimaciones muestran valores de niveles similares a los estimados en febrero del 2016. Buenos Aires alcanzaría los 30 quintales, mientras el año pasado se estimaban 29 qq/ha. Córdoba está prácticamente al mismo nivel, se estima para la soja 16/17 una marca de 30,6 qq/ha; el año pasado el guarismo era de 30,5. Santa Fe el año pasado se destacaba por la alta performance. La oleaginosa parecía conducirse hacia un rinde record, que posteriormente fue desbaratado por el temporal de abril. De todas maneras, las expectativas dl año pasado eran de 37,6 qq/ha. Esta vez, pese a los problemas que causaron la pérdida de 250 mil ha, el rinde santafesino se estima en 35,2 qq/ha.

NOA y NEA

En el norte la situación hídrica se ha ajustado en las últimas dos semanas. Las altas temperaturas comienzan a desecar los perfiles, como se observa en la primera imagen que actualiza las reservas hídricas al 8 de febrero del 2017. De todas formas, en la imagen de agua acumulada desde enero, se observa, comparando con el año pasado, que estamos ante una campaña en la que los frentes fueron dejando buenos acumulados en la región. Los cuadros en general están en etapas vegetativas. Si las lluvias acompañan, hay buenas posibilidades que las provincias de Chaco y Santiago del Estero estén por encima de sus niveles normales de producción. El panorama en Jujuy y Salta es más complicado; las necesidades comienzan a ser perentorias y empiezan a perderse lotes.

A diferencia del informe de enero en el que se trabajó con proyecciones en base a comportamientos históricos, ya es posible efectuar una estimación de rendimientos. Las condiciones bajo las cuales empezaron a definirse los rindes permiten estimar el rinde promedio en 29,9 qq/ha a nivel nacional. Sobre la base de una superficie no cosechable, que lamentablemente se destaca este año por alcanzar la cifra de 960.000 hectáreas, la producción de soja que podría obtenerse en la nueva temporada sería de 54,5 millones de toneladas.

En el siguiente cuadro mostramos los datos estimados para cada provincia recordando que los datos de Entre Ríos son tomados del SIBER de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.

Maíz 2016/2017

Ajustes al alza en la estimación de febrero permiten subir en un 2,8% el volumen de la cosecha de grano comercial respecto del guarismo anterior (35,5 millones de toneladas). La campaña maicera 2016/17 alcanzaría con 36,5 millones de toneladas de producción. El rinde nacional se ha estimado en 76,2 qq/ha, cuando la estimación previa era de 73,6 quintales. El número de producción se compone, por ende, de esa cifra de productividad unitaria y unas 1,06 M de hectáreas que no entrarían a circuito comercial.

Escapando de las típicas condiciones negativas de estrés hídrico que suelen dominar en enero, los maíces sembrados en fechas tradicionales cumplieron sus etapas finales sin limitantes hídricas en la región pampeana. De este modo se afirman las expectativas de rinde. Los maíces tardíos y de segunda, pese a los problemas en su implantación, mantienen altas tasa de crecimiento, con requerimientos en aumento por lo que serán necesarios nuevos aportes de agua, que se esperan en los próximos días. De todas maneras, prevalecen las muy buenas condiciones y no hay problemas importantes de enfermedades o plagas que inquieten. Aún es difícil estimar resultados productivos para los maíces de la segunda tanda, que se encuentran en floración o en etapas vegetativas. En general, son buenas las condiciones de desarrollo, aunque hay zonas afectadas por la restricción de las lluvias. Por ahora, se espera un buen escenario productivo para los maíces tardíos. La asistencia de las lluvias será fundamental, a pesar de las buenas reservas de humedad en los suelos, para que cumplan sus etapas sin mayores limitantes.

El detalle por provincia puede verse en la tabla que sigue, tomándose para Entre Ríos los números de SIBER, de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.