Para conseguirlo debió recurrir a la estructura más oxidada y antigua del sistema, como lo son los sindicalistas de la CGT. Una ironía para la coalición oficialista Cambiemos, que se jacta de ser la nueva política.

El acuerdo enhebrado con la CGT sacó al oficialismo del brete en el que se metió por haber llamado a sesiones extraordinarias para avanzar en la reforma del impuesto a las ganancias. El apretón de manos será la llave para destrabar un acuerdo más amplio, que incluye a los gobernadores, a la oposición legislativa y al peronismo en su plenitud.

En la Casa Rosada confían en convertir pasado mañana en ley el borrador que trazaron ayer con los sindicalistas y del que también participó Sergio Massa, uno de los opositores que empujó al macrismo a hurgar recetas para solventar el costo fiscal.

Se buscará hoy anudar un trato con los 24 gobernadores, actores clave: el 50% de lo que se recauda de Ganancias va a las arcas provinciales. En la cumbre con los mandatarios surgirán dos temas sensibles que aún no se definieron: la posibilidad de gravar con nuevas cargas al juego y a la minería. Ambos casos incomodan al oficialismo. El juego, porque toca intereses directos de Daniel Angelici, el presidente de Boca y una suerte de operador del oficialismo en la Justicia. La minería, en tanto, es una actividad que no despegó en 2016 a pesar de la quita de retenciones anunciadas ni bien Cambiemos tomó el poder.

Tras una serie de encuentros furtivos con los sindicalistas, incluso durante el fin de semana pasado, el Gobierno los convocó al Ministerio de Trabajo para refrendar lo debatido previamente en la sede del gremio de la Sanidad. La interna dentro de la CGT por momentos hizo tambalear el acuerdo. Nadie entiende aún por qué los transportistas activaron un paro con la negociación en curso. ¿Estrategia de presión o lucha de egos? En el Gobierno barruntan que la interna cegetista es un capítulo más de la pelea de fondo por la reconstrucción del PJ.

El triunvirato de mando de la CGT intentó ayer aplacar los cortocircuitos durante una reunión en la Uocra. No se agrietó más sólo porque el proyecto oficial contempló las deducciones exigidas por los gremios del transporte. Una de esas claúsulas fue a pedir de Hugo Moyano: los camioneros se mantendrán en la misma escala impositiva más allá de la cantidad de horas extra. Como sucedió la semana pasada, Moyano se encontraría nuevamente con Macri antes del fin de año. Hablarán de las elecciones en AFA y del negocio de la televisación del fútbol, pero también del plan del jefe camionero para quedarse con la firma de correo postal OCA.

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Desde que se iniciaron las conversaciones entre la CGT y el Gobierno, se dispuso elevar el mínimo no imponible del tributo a una suma intermedia entre lo que planteaba el proyecto opositor de Massa y el del oficialismo. Se acordó finalmente en esa línea. La incertidumbre se genera ahora en cómo la Casa Rosada afrontará los costos. La pauta fiscal del presupuesto 2017 preveía un margen de algo más de $ 27.000 millones. Esa cifra se iría ahora a $34.000 millones, según las estimaciones oficiales.

Con el fin de año encima, el Gobierno debería tomar nota de la negociación por Ganancias. Llamó a sesiones extraordinarias sin tener un borrador y mucho menos un acuerdo previo con los otros bloques legislativos. Provocó el resurgimiento de la oposición, incluso del kirchnerismo, y ahora debió recurrir a los gremios para convalidar una reforma tributaria que estuvo cerca de peligrar y de ser una gran derrota política.

Quién es quién en la negociación

Rogelio Frigerio

Ministro del interior

Se puso al frente de la negociación con la CGT y los gobernadores. Gana cada vez más espacio en el gabinete

Mario Quintana

Vicejefe de Gabinete

Dialoguista y conciliador, fue la voz de Marcos Peña en la negociación

Emilio Monzó

Pte. de la cámara de diputados

Insistió en que el acuerdo con la CGT allanaría el acuerdo con la oposición

Héctor Daer

Jefe de la CGT

Es diputado nacional del massismo y ofició de anfitrión en las reuniones preliminares

Juan Carlos Schmid

Jefe de la CGT

Presionó con el paro del transporte, pero logró introducir deducciones clave para el sector, como horas extras y viáticos.