Se concretó este miércoles una alianza entre las principales entidades de la producción agropecuaria, la agroindustria exportadora y las compañías de semillas. Es un hecho inédito, y zanja añosas diferencias que mantuvieron en tensión al principal proveedor de divisas del país, con embarques por 25.000 millones de dólares anuales que explican el 40% de las exportaciones.

Se reunieron en la sede de Coninagro y salió a la luz una “Declaración de Principios de la Cadena de Valor de Cereales y Oleaginosas”. El texto sostiene que “ratifica nuestro compromiso de seguir invirtiendo en el país”, y promete una inversión en la próxima campaña agrícola de 9.500 millones de dólares. “Esta inversión significa miles de empleos en todo el país y la generación de ingresos genuinos para muchas ciudades y provincias”.

Menciona luego que el sector está intentando recuperarse de una de las peores sequías de la historia, tiene un alto endeudamiento y serias dificultades de financiamiento bancario. “Sin embargo, hará un esfuerzo extraordinario y las perspectivas de producción son muy positivas para la próxima campaña, pudiendo llegar a 135 millones de toneladas de granos”. Es un incremento de 35% respecto a la cosecha actual.

La declaración plantea que “la cadena de cereales y oleaginosas necesita que el gobierno ratifique el rumbo y las medidas económicas ya tomadas anteriormente sin alterarlas”, en clara referencia a los rumores de cambios en el cronograma de reducción de las retenciones. “Con la previsibilidad ganamos todos”, remata.

Por el lado de la producción, participaron el presidente de Coninagro (la coordinadora de las cooperativas agropecuarias), Carlos Iannizotto, el titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Dardo Chiesa y su par de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina. Por la agroindustria exportadora estuvo Gustavo Idígoras, flamante presidente de CIARA, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina), y Alfredo Passeyro en representación de la Asociación de Semilleros Argentinos y Maizar.

Por Héctor Huergo