Buena parte del lapso en que la soja estadounidense definirá su potencial de rendimiento lo hará con buenas lluvias. Ése fue el razonamiento que ayer siguieron los operadores en la Bolsa de Chicago, donde el valor de la oleaginosa cerró con bajas superiores al 1,6 por ciento.

Al momento de fijar los ajustes de la rueda, las pizarras mostraron quitas de US$ 5,88 y de 6,24 sobre los contratos agosto y noviembre de la soja, cuyos ajustes resultaron de 349,25 y de 352,93 dólares por tonelada. Durante la rueda los fondos de inversión liquidaron unos 10.000 contratos, equivalentes a poco más de 1,36 millones de toneladas.

Según los diversos modelos climáticos analizados por los especialistas y replicados por los operadores, las próximas dos semanas presentarán temperaturas inferiores a las marcas usuales y lluvias superiores a los registros promedio sobre las principales zonas productoras de granos gruesos de los Estados Unidos. Durante buena parte del presente mes, los cultivos de soja terminarán las etapas de floración y de formación de vainas, que definirán el nivel de rinde de las plantas.

Por esto, y frente al incremento en la necesidad de humedad de los cultivos, en los próximos días el foco estará puesto en lo que ocurra sobre Iowa, que es el Estado que normalmente aporta el mayor volumen de soja, casi en paralelo con Illinois.

Ocurre que la situación actual de los suelos de Iowa dista de ser la ideal. En ese sentido, en su mapa semanal de monitoreo de la sequía, el Centro Nacional de Mitigación de la Sequía elevó ayer del 64,01 al 67% la proporción de tierras con déficit de humedad; del 34,74 al 36,19% el área con "sequía moderada", y del 1,66 al 7,05% la superficie son "sequía severa". Un año atrás sólo había déficit en el 29% del Estado. Para bien o para mal, lo que ocurra en Iowa tendrá impacto sobre la cosecha total.

Ayer, la consultora Informa Economics estimó la producción de soja de EE.UU. en 114,20 millones de toneladas, con un rinde promedio de 31,81 quintales. Ambas cifras resultaron inferiores a las proyectadas por el USDA el mes pasado, de 115,94 millones y de 32,28 quintales.

En el mercado disponible local no hubo reflejo de las bajas externas, fundamentalmente por la necesidad de mercadería que evidencian las fábricas, que las está llevando, incluso, a pagar por encima del FAS teórico. Durante la rueda propusieron $ 4300 por tonelada de soja para las terminales del Gran Rosario, sin cambios respecto de anteayer. La capacidad de pago de la industria aceitera fue calculada en $ 4145 por la Bolsa de Comercio de Rosario.

"Si bien el volumen negociado no puede calificarse como grande, sí duplicó el que se venía intercambiando en las ruedas anteriores, al sumar unas 100.000 toneladas a precio y otras 120.000 t por fijaciones. La firmeza local frente a las bajas externas movió a muchos vendedores a aceptar la oferta", contó a LA NACION una fuente del sector comercial.