En tiempos de valores deprimidos y de cosechas récord, el importante repunte registrado ayer por las cotizaciones del trigo y del maíz en la Bolsa de Chicago sorprendió hasta a los operadores más positivistas. El mismo respondió al combo formado por una demanda externa interesada; vendedores que exigen mejores valores para acordar nuevas operaciones, y fondos de inversión especuladores que necesitan algo en qué creer.

Al cierre de la rueda, las pizarras mostraron alzas de US$ 7,08 y de 6,70 sobre los contratos diciembre y marzo del trigo, cuyos ajustes resultaron de 152,86 y de 159,74 dólares por tonelada. Durante la rueda, los inversores compraron unos 11.000 contratos, equivalentes a casi 1,5 millones de toneladas del grano fino.

La mejora también se reflejó en la Bolsa de Kansas, donde la posición diciembre del trigo aumentó US$ 5,70 y terminó la jornada con un valor de 152,12 dólares.

Ayer, Arabia Saudita lanzó una licitación para adquirir 595.000 toneladas de trigo duro para embarques en el bimestre diciembre/enero y los operadores consideraron que la mercadería estadounidense es la mejor posicionada para quedarse con buena parte del negocio.

De igual modo, el mercado recibió con entusiasmo alcista la noticia de que Marruecos y Argelia le comprarían a los Estados Unidos el trigo que no podrá adquirir en sus habituales proveedores de la Unión Europea, que en esta campaña tuvieron menores cosechas.

Anteayer, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) elevó de 25,86 a 26,54 millones el saldo exportable estadounidense y estimó en 30,98 millones el stock final, un volumen que superó los 29,94 millones de septiembre y los 26,55 millones del cierre del ciclo anterior.

En una campaña donde la demanda forrajera está muy bien abastecida, la única opción para reducir las elevadas existencias domesticas de trigo es la competitividad en el mercado exportador. Por eso el mercado tuvo ayer la reacción que reflejaron las pizarras.

Acerca del maíz, los contratos diciembre y marzo en la Bolsa de Chicago sumaron US$ 4,92 y terminaron con valores de 137,59 y de 141,53 dólares por tonelada. Los fondos de inversión compraron durante la rueda unos 13.000 contratos, equivalentes a 1,65 millones de toneladas del grano grueso.

Tras la caída de precios posterior al informe mensual del USDA, en el que el organismo redujo de 383,38 a 382,48 millones de toneladas el volumen de la cosecha récord de maíz estadounidense, se activó el interés de la demanda, pero chocó con el vacío de la oferta, que demanda mejores valores para el cereal, más cercanos a los 140 que a los 130 dólares.

A la espera del informe semanal sobre las exportaciones estadounidenses, que será publicado hoy por el USDA, los operadores estimaron un rango posible de 800.000 a 1.100.000 toneladas.

Con un protagonismo modesto, ayer las posiciones noviembre y enero de la soja subieron US$ 3,95 y 4,14 en Chicago y terminaron la rueda con ajustes de 351,36 y de 354,49 dólares por tonelada.

Estabilidad doméstica

En la plaza local, los exportadores pagaron $ 2150 por tonelada de trigo disponible para Rosario, Bahía Blanca y para Necochea, sin cambios. El trigo nuevo se cotizó a US$ 150 para los dos primeros destinos, sin variantes, en tanto que subió de 145 a 146 dólares para Necochea. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó que los molinos ofrecieron entre 2000 y 3100 pesos por tonelada.

Por maíz disponible los exportadores volvieron a pagar $ 2450 para Rosario y $ 2400 para Bahía Blanca. Para Necochea también ofrecieron $ 2400, pero en ese caso implicó una suba de $ 50. El maíz nuevo osciló de 140 a 145 dólares.

La soja disponible se mantuvo estable en $ 3900, mientras que el grano de la próxima cosecha subió de 250 a 253 dólares por tonelada.

La lluvia mejoró el estado de los cultivos de trigo

En su informe sobre el estado de los cultivos, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó ayer que nuevas lluvias registradas en gran parte del área agrícola nacional continuaron mejorando el estado hídrico y la condición del trigo.

"El relevamiento semanal indicó que el 31% de las 4.300.000 hectáreas implantadas transita la etapa de espigazón; otro 32% encañazón, y un 14% floración. Además, un 4% del área triguera ya se encuentra en madurez fisiológica, concentrado en las regiones NOA y NEA, que iniciaron la cosecha de lotes puntuales en Tartagal y en Las Lajitas", detalló.

En los núcleos trigueros del sur bonaerense se registraron heladas en zonas puntuales que podrían generar daños en las hojas de los lotes que aún se encuentran entre macollaje y encañazón. "De todas maneras, el estado es muy bueno gracias a los ajustes de fertilización realizados en etapas de macollaje", dijo la Bolsa.