Originalmente, la yerba mate provenía de Brasil y se industrializaba en las zonas portuarias de Buenos Aires y Rosario, y a partir de los comienzos del siglo pasado, comenzó la ardua lucha de empresarios misioneros y correntinos quienes comenzaron a transformar el producto sólo de procedencia nacional, es decir yerba implantada en Misiones y Corrientes en forma incipiente, pero de una creciente industrialización.

La Argentina comercializó el año pasado un total de 281 millones de kilogramos, de los cuales 245 se destinaron al mercado interno y los restantes 36 millones se exportaron.

Según datos brindados por el Director Ejecutivo de la Cámara de Molineros de Yerba Mate de la Zona Productora, Ingeniero Roberto Montechiesi, esta entidad (con más de medio siglo de vida institucional y partícipe de gran parte del desarrollo de la cadena productiva yerbatera) integra con 22 molinos asociados, el universo total de 140 industrias yerbateras de la República Argentina. De ese total, 110 están radicados en las únicas provincias que producen yerba mate, es decir Misiones y el nordeste de Corrientes.

“Nuestra Cámara, expresa Montechiesi, participa con algo más del 44%  del volumen total yerbatero argentino, y dentro de él con el 41% del comercio interno  y el 65% de las exportaciones. Expresado en números, un volumen total cercano a los 130 millones de kilos”.

 

Los nuevos precios

Semestralmente, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) establece por acuerdo unánime de sus integrantes los valores para la hoja verde y la yerba canchada o seca (ésta última es la materia prima con que la industria elabora el producto final, es decir la yerba mate elaborada y envasada, después de su lógico estacionamiento). Si no encontrasen una postura unísona, interviene el Ministerio de Agricultura de la Nación laudando.

Detalla Montechiesi, que en las 20 sesiones de precios que mantuvo el INYM desde su creación en el año 2002, ocho fueron por acuerdo unánime y 12 con intervención de la Secretaria de Agricultura de la Nación, hoy Ministerio. “Hasta la penúltima sesión de precios, sean ellos decretados por unanimidad o por laudo, los incrementos habían sido de poca relevancia aunque a la industria nunca le fue fácil trasladarlos, pero el ultimo, es decir el del pasado mes de marzo, al llevar la hoja verde de $ 0.90 a $ 1.70 y la yerba seca o canchada de $ 3.30 a $ 6.90, las variaciones son cercanas al 100 %”, aceptada en su momento por la Cámara dado que esos valores, “posibilitarán paliar la situación por la que atravesaban trabajadores rurales de cosecha y los productores primarios, que habían visto disminuir sus actividades al resentirse la capacidad de oferta de los yerbales”.

Esa razón expuesta por Montechiesi, no encuentra aún su correlato en el producto transformado. “Todo lo expresado tendría su necesaria solución, si las industrias elaboradoras de yerba mate obtuvieran como resultado final, la aprobación -por parte de la Secretaría de Comercio- de un valor que oscilara entre $ 12 a $ 14 por la yerba mate salida del molino”, apunta el entrevistado.

Si a los valores del kilogramo de yerba mate elaborada que propone la industria, se les adicionan el Impuesto al Valor Agregado y los costos del circuito comercial, un paquete de ese formato en góndola, podría oscilar entre $ 18 y $ 21. Vale destacar, que antes el precio en góndola alcanzaba los $12.