Fernando Bertello
LA NACION

Con una inflación que no para de crecer y retenciones que se mantienen en un nivel alto (pues la tasa se mantiene en el 35 por ciento para la soja), hoy el productor de este cultivo enfrenta un tipo de cambio real efectivo respecto del dólar inferior al que tenía durante la vigencia del régimen de convertibilidad. En concreto, se encuentra en 0,74 pesos por dólar.

El dato surge de un estudio realizado por Ernesto Ambrosetti y Ezequiel de Freijo, integrantes del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Allí, ambos expertos avanzan un poco más y sostienen que, ante esta situación, habría que eliminar las retenciones al sector.

El indicador que toman en cuenta Ambrosetti y De Freijo en su estudio busca reflejar el valor del dólar una vez que se descontaron la inflación y las retenciones para cada actividad.

"Si bien todos [por los sectores de la economía] soportan el mismo nivel de inflación, los diversos productos que se ofrecen poseen distintos derechos de exportación", destacan los autores.

Luego afirman que la inflación se "devoró" el efecto de la devaluación del peso y agregan que, por el peso de los derechos de exportación a la producción, el sector está perdiendo competitividad.

"Además del efecto inflacionario, los derechos de exportación, que en el caso de la soja llegan al 35 por ciento nominal, erosionan la competitividad de la producción agropecuaria", subrayan los técnicos de la Rural.

Pérdida de competitividad

Si se observa lo que ocurre con la economía en general, el tipo de cambio real efectivo está aún por encima de un peso.

"Para la economía en general, el valor del dólar, a precios de hoy, se ubica en 1,24 pesos por unidad de divisa norteamericana. Esto significa que la inflación ha devorado el efecto devaluatorio y su mejora en la competitividad implícita", precisan Ambrosetti y De Freijo en el informe.

"Para el sector agropecuario, además del efecto de la inflación se suma la imposición de los derechos de exportación, que en la soja llegan al 35% nominal. Por lo tanto, el tipo de cambio real efectivo del dólar para este cultivo se ubica en 0,74 pesos por dólar. Esto significa lisa y llanamente que el productor recibe un dólar con un valor significativamente por debajo del que percibía cuando regía la ley de convertibilidad", agregan los técnicos.

En el caso del trigo, que tiene retenciones del 23%, el tipo de cambio real está en 0,96 pesos por dólar. De todos modos, además de las retenciones y la inflación, el trigo está afectado por otra cuestión no menor: la intervención del Gobierno en el mercado, que regula las exportaciones, evita la competencia permanente entre molinos harineros y exportadores, y provoca que los productores cobren menos del valor que deberían percibir.

Según Ambrosetti, hoy el productor triguero percibe un 50% del precio internacional y, además de la retención formal, por la intervención oficial en la práctica hay momentos en los que sobre el cereal termina pesando el doble de retenciones que la alícuota fijada.

Contra las retenciones

En este contexto, el informe subraya que está afectada la competitividad de todos los productos que afrontan retenciones. "Se ve fuertemente afectada la competitividad del agro argentino, no sólo en los granos, sino en todos los productos que soportan derechos de exportación", afirma.

Para los especialistas de la Rural, la forma para intentar recuperar algo de la competitividad perdida pasa por la eliminación de las retenciones que pesan sobre el agro, un tributo que, según los técnicos de la entidad, conspira contra la inversión.

"La inflación se comió el efecto positivo de la devaluación y hoy, en los distintos cultivos, hay un dólar menor al 1 a 1. Por eso, es necesario eliminar las retenciones para recuperar competitividad", dijo Ambrosetti.

"El Congreso tiene su responsabilidad para generar un esquema progresivo para la eliminación [el año pasado, el Poder Ejecutivo perdió las facultades delegadas que le permitían legislar sobre nuevos aumentos]", añadió el técnico de la entidad.

El experto precisó que "el exceso de presión fiscal lo está sufriendo la economía en general y el agro en particular".

De acuerdo a Ambrosetti, con "la actual presión fiscal [sobre la producción] hay un ambiente poco amigable para invertir".