Como una herramienta más de la agricultura precisa, los drones nos permiten aumentar la eficiencia alcanzada en nuestra labor diaria. El mercado ofrece gran variedad de drones, desde multirotores, helicópteros, aviones Vtol y hasta de alas fijas, lo cual permite elegir el tipo que se adapte a las prestaciones buscadas.

Entre los más comunes se encuentran los multirotores, equipados con un motor en cada extremo del chasis y que los hay de diferentes cantidades de motores, pudiendo ser cuadricópteros, hexacópteros, etc. Con un solo rotor están los helicópteros de aspecto similar a uno real, pero con dimensiones menores. Y los de ala fija, que pueden ser alitas volantes o como un avión. También se ofrecen los aviones Vtol, son aviones que tienen la capacidad de tener un despegue y aterrizaje vertical.

Conociendo la oferta de estas aeronaves no tripuladas, es posible elegir la que mejor se adapte a cada necesidad teniendo en cuenta que los drones con cámaras multiespectrales son de utilidad para la toma de imágenes en nuestros cultivos, ya se están remplazando por las imágenes satelitales, salvo para algunas cuestiones mucho más específicas. En Estados Unidos existe un servicio, como si fuera un servicio público, que ofrece tres imágenes satelitales diarias de alta definición. Este servicio no demorará en llegar a la Argentina.

Debido a ese avance hoy no es necesario incurrir en costos mayores de drones equipados con ese tipo de cámaras ya que es posible descargar imágenes, por ejemplo de NDVI (Índice Verde), desde una aplicación gratuita, servicio prestado en Argentina desde varias empresas dedicadas a imágenes satelitales.

Para tomar fotografías y filmar vídeos son buenos los drones de uso general, que permiten para alzar nuestra vista sobre el lote teniendo en cuenta algunos parámetros, como la resolución de la cámara, la autonomía de vuelo y las prestaciones del equipo. Con una fotografía se tendrán una serie de datos y datos pequeños, que ayudan a realizar grandes cambios.

Es recomendable recurrir a las marcas más conocidas para contar con servicio técnico y representantes de la marca en nuestro país. Es posible optar por drones ya configurados y listos para sacarlos de su embalaje, hacer pequeños ajustes y salir a volar, o construir nuestro propio modelo a gusto y necesidad, tema que no es objetivo de esta nota.

Para superficies medianas o a nivel de lote, es mejor un dron del tipo cuadricóptero debido a sus prestaciones, costo y operatividad ya que ofrece un despegue y aterrizaje vertical, y la posibilidad de realizar vuelos estáticos, es decir fijos, en la ubicación deseada.

En campos anegados resulta muy práctico localizar y sectorizar los lugares con agua, para aliviando la tarea de la cosechadora, prever encajadas, pérdidas de tiempo y demás problemas costosos.
En campos anegados resulta muy práctico localizar y sectorizar los lugares con agua, para aliviando la tarea de la cosechadora, prever encajadas, pérdidas de tiempo y demás problemas costosos.

Es bueno tener en cuenta también, que al ser una herramienta portátil, es decir que es posible transportar a todos lados, debe ser práctica y cómoda. La transmisión de video al teléfono o tablet en HD, resulta altamente práctica ya que en el mismo momento que está volando es posible identificar algún ambiente distinto o distinguir algún manchón de malezas o foco de enfermedad.

Asimismo, existe la posibilidad de observar en la totalidad del lote desde la cabecera, y cuando se necesita quien opera el dron se puede dirigir inmediatamente al sector indicado, con el objeto de monitorear y analizar la problemática in situ. Incluso es posible decidir acciones de acuerdo a prescripciones agronómicas, en el momento justo y de manera anticipada respecto de situaciones similares trabajadas sin el dron. Al igual que con las imágenes satelitales y las fotografías aéreas, siempre será necesario observar en el lote, que es lo que vemos en las fotos o imágenes.

En estos años de abundantes precipitaciones en lotes de maíz con problemas de anegamiento y agua en superficie, con la fotografía de un dron o el mismo video en vivo, fue muy práctico localizar y sectorizar los lugares con agua y dirigir la cosecha a los lugares sin anegamiento, aliviando la tarea de la cosechadora previendo encajadas y pérdidas de tiempo y demás problemas costosos. De igual modo, en años de sequía es posible observar con una fotografía, la diferencia de colores en el cultivo para luego revisar los sectores diversos y determinar cuáles justifican su cosecha de acuerdo a su rinde potencial.

Es posible elegir o el tipo de cámara para equipar un dron, de acuerdo a lo buscado. Por ejemplo, en el caso de cámaras termográficas, que permiten localizar la hacienda y reunirla en lugares de monte, de difícil acceso a caballo o a pie.

En el futuro debido a los grandes avances en tecnología satelital y de nanosatélites con la posibilidad de obtener imágenes diarias, los drones serán destinados a la acción, es decir pulverización, siembra, poda, etc. Serán posibles las labores autónomas en el agro, gracias a la robotización de la agricultura, y la comunicación multidireccional entre los mismos drones aéreos o terrestres.

La comunicación de las actividades y sus parámetros, puede ser continua, junto con su ubicación, información que puede ser enviada al teléfono, a la PC de la oficina o a un centro de operaciones general en tiempo real, donde se toman las decisiones según la información recibida, y se le envía a cada robot (dron) la tarea a ejecutar. La telemetría tiene un papel fundamental en estos avances.

En la actualidad la tecnología en helicópteros autónomos para la aplicación de fitosanitarios y flotas de robots terrestres dedicados al control de malezas, tanto químicos como manuales, ya permiten hacer un manejo más eficiente y sostenible de los recursos y respetar más al ambiente.