La producción mundial de maíz está en torno a los 1040 millones de toneladas, de ellos solo 140 se comercializan en los mercados internacionales. Es decir, el 14 %. En cambio, de los 340 millones de toneladas de soja que se producen, se comercializan 160, es decir más del 45 % es exportada por unos muy pocos países, los EE.UU. y el Mercosur original generan más del 80%.

Si toda la superficie actual de soja en Argentina del rango 18/20 millones de has de últimos años, se siembra con maíz a un rendimiento medio más bajo que el nacional, en torno a las 7 toneladas por ha sería más que todo el mercado mundial de grano de maíz.

Entonces, si queremos llegar a una rotación más equilibrada corremos el riesgo de saturar los mercados y bajar los precios. Lo único que podría modificar este esquema es que la tendencia a consumir proteínas en Asia, especialmente en China, generen mayores incrementos de importaciones de grano. ¿La estrategia será venderles soja y maíz o carnes, o preparados alimenticios? ¿Biomoleculas?

Hoy Argentina exporta el 35 % del grano de maíz que produce, mientras que Brasil el 65 % y EE.UU. solo el 87 %. Nuestros competidores transforman grano en proteínas animales y en etanol la mayor parte de su producción.

Es imprescindible y posible avanzar aumentando la superficie bajo cultivo de cereales, con base en trigo y maíz, para este a partir de agregar valor produciendo carnes, etanol, burlanda, biomoléculas y productos a desarrollar en química verde.

Hay que aumentar la producción de cerdo, pollo, leche y huevos. O la de carne vacuna con grano, silo o burlanda. Esta ultima resulta de la extracción de almidones del grano que se transforman en etanol, pasando de ser un grano energético a un producto proteico, con aceite como mayor aporte energético. De una tonelada de grano podemos extraer 400 l de etanol y 330 kg de burlanda- Si se generara una política de mayor corte en las naftas, hoy 12 %, pasando al 23/25 y motores flex (funcionan con cualquier combinación de nafta/etanol), se mejoría el balance comercial en dólares y habría más burlanda para ganado vacuno, más trabajo y más exportaciones.

En ese contexto tenemos buenas y malas noticias, las malas que dominan las cabezas petroleras en energía, las buenas son varias, ya que hay múltiples experiencias privadas exitosas, hay políticas provinciales que ponen en relieve estas necesidades como las de Buenos Aires, el Ministro Sarquís generó el primer plan provincial de Bioeconomía, luego otros siguieron como Santa Fe y Córdoba con iniciativas relevantes, y a nivel nacional hay iniciativas importantes que reúnen a varios ministerios en tratar estos temas. Por ejemplo, el grupo de Bioeconomía, otra iniciativa transcendente de MINCyT y MINAGRO es la creación de la COBIOMAT, la Comisión Nacional Asesora en Biomateriales. Ya hablaremos de todos ellos.

Por: Fernando Vilella para Mitre y el Campo - Profesor Titular Cátedra de Agronegocios y Director ​del Programa​ de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.