Para conocer el futuro del maíz hay que mirar a Estados Unidos. Allí, concretamente en el cinturón maicero, es donde se concentra la vanguardia productiva del cultivo y donde año a año se rompen récords mundiales de rendimiento. El año pasado, por ejemplo, un productor del estado de Virginia superó las 33 toneladas por hectárea.

Pero, según aclaró Fred Below, experto de la Universidad de Illinois, EE.UU., la brecha de rendimientos sigue siendo grande. El referente en fertilización, que estuvo presente en una jornada organizada por Fertilizar Asociación Civil, en Buenos Aires, y en el Congreso Nacional del Maíz, desarrollado en Pergamino, lo dejó claro al decir que el rendimiento promedio de los Estados Unidos en 2017 fue de 11,1 toneladas por hectárea. La cifra está muy lejos de la del farmer de Virginia, pero aun así significó un promedio récord histórico y es superior a las 8,3 tn/ha de que llegó a lograr la Argentina,sin sequía.

En el concurso de productores de maíz que se realiza todos los años en el país del norte, “tras la última campaña hubo tres establecimientos que superaron las 30 toneladas por hectárea y otros tantos que quebraron la barrera de las 20 toneladas. Por eso vale la pena conocer la mirada de Below, un experto en el cultivo que detalló lo que para él son las “siete maravillas del maíz”.

Pero, ¿cuales son las siete maravillas del maíz?

Clima, nitrógeno (N), híbrido/variedad, cultivo previo, densidad de plantas, labranza o no labranza y fitomejoradores. Esos son los factores que construyen el rinde del choclo, en orden decreciente de incidencia. “La interacción de todos estos factores es lo que puede generar aumentos de rinde”, explicó Below.

Y agregó que los pre-requisitos para esta receta son: buena estructura del suelo y drenaje, control de malezas y apropiado PH del suelo.

El clima es el factor de más impacto para el rendimiento del maíz, con más de 4,4 toneladas por hectárea. Pero el productor no tiene incidencia. Sí tiene en el segundo, que es el nivel de nitrógeno, lo cual explica también 4,4 toneladas por hectárea.

Con la acción de esos factores, en Illinois se alcanza un promedio de 16,3 toneladas por hectárea, dijo Below. Y luego entró en detalle: “Hay que fertilizar desde muy temprano, la fertilización correcta traza la ruta que va a seguir el cultivo”.

En su sistema, aumenta el nivel de aplicación de fertilizantes comparado con los sistemas convencionales y aumenta la densidad de plantas (de 76.000 a 109.000 plantas por hectárea) reduciendo la distancia entre hileras (hasta los 51 centímetros).

Con esas claves de manejo y un seguimiento exhaustivo de las siete maravillas, Below asegura que el horizonte para la producción de maíz es muy promisorio.

Martín Diaz Zorita, Magíster en Ciencias Agrícolas y Doctor en Ciencias del Suelo e integrante de Fertilizar Asociación Civil, extrapoló lo que dijo el referente de Estados Unidos y lo comparó con Argentina durante la jornada organizada por Fertilizar.

“Prácticamente las 7 maravillas que presentó el doctor Below son universales. Un buen cultivo de maíz debe recorrer todas para considerar que está en condiciones de aprovechar al máximo y responder a lo que la sociedad nos pide, que seamos más eficientes en la producción”, sostuvo el especialista.