Plantar soja en el ciclo 2018/19 será más caro. La consultora Deloitte estimó que los costos de producción de la oleaginosa para el ejercicio 2018/19 subirán 7% por hectárea a nivel de chacra, principalmente por mayor precio de semilla e insumos como los fertilizantes.

En el marco del 7mo. Encuentro Nacional de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos, desarrollado en la sede de la Cámara Mercantil de Productos del País, Deloitte -a través del Ec. Pablo Rosselli e Ing. Agr. Sebastián Mazzilli- presentó los datos del Observatorio de Oleaginosos Uruguay 2017/18: Indicadores sectoriales y escenarios futuros.

El 7% por hectárea de aumento de los costos en chacra se hizo sobre una hipótesis de rendimiento de 2.400 kilos por hectárea, con un costo estimado de US$ 567 por hectárea, un margen de US$ 225 por hectárea y un precio promedio por tonelada de US$ 330.

Las empresas agrícolas vienen golpeadas de la zafra anterior, con problemas de financiamiento y enfrentando costos al alza. El impacto de la sequía que afectó los rendimientos de la oleaginosa en el ciclo 2017/18 fue de US$ 475 millones frente a lo que es un año promedio y de US$ 670 millones frente al año pasado.

Cifras. La seca durante la siembra que afectó fuerte al núcleo agrícola y posterior exceso hídrico, hizo caer los rendimientos de la soja el año pasado, alcanzándose una producción de 1,5 millones de toneladas, cifra que representa una baja de 60% en la producción frente al récord histórico de la zafra anterior, donde las lluvias prácticamente habían oficiado de riego. Esa cifra marca una caída de 60% con relación al ciclo 2016/17 y supone que Uruguay pierda US$ 840 millones, según Deloitte.

Las exportaciones caerán fuerte y la consultora estimó esa caída en US$ 500 millones en este ciclo, dejando a la soja por debajo de las exportaciones de carne y celulosa. En el ciclo anterior la oleaginosa estuvo ubicada en el tercer lugar en exportaciones. Si se agrega la producción de soja y colza (oleaginosa de invierno) comercializada en el mercado doméstico, el valor bruto de producción del sector oleaginoso se ubicaría cercano a US$ 560 millones.

Más allá de la caída en el valor bruto de producción, el complejo oleaginoso fue relevante para la economía uruguaya, demandando insumos y servicios agrícolas por US$ 420 millones, pagó rentas por US$ 142 millones y demandó servicios por transporte, comercialización y acondicionamiento de granos por US$ 20 millones.

Entre otros datos presentados en el panel de Rosselli, hubo menor valor agregado de la soja a nivel de chacra. Ese valor agregado cayó a US$ 640 millones cuando en la zafra 2016/17 había sido de US$ 725 millones. La economía perdió 1,3% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel del sector oleaginosos.

Otro dato interesante es que en la zafra pasada subió 16% el uso de semilla propia -la zafra anterior fue excepcional-, pero este fenómeno no se mantendrá este año, pues en la última zafra se generaron problemas serios en cuanto a calidad de grano.

Empleo. Mirándolo por el lado del empleo, la soja y los servicios agrícolas posibilitó sostener 12.000 puestos de trabajo el año pasado (se incluyen trabajadores agrícolas, proveedores de insumos y transportistas).

En la zafra pasada participaron 900 personas en el transporte del grano, donde se hicieron 45.000 viajes a razón de 25 viajes mes cada camión, mostró Deloitte a través de la exposición del Ec. Pablo Rosselli. Considerando todos los impactos (directos e indirectos) a lo largo de la cadena de valor, el cultivo de oleaginosos generó un valor agregado de US$ 300 millones en este ciclo, cifra equivalente a 0,5% del PIB. La sequía, según Deloitte, generó un impacto adicional de 0,9% en el PIB.