La decisión del Gobierno de suspender la baja gradual en las retenciones para la harina y el aceite de soja va a tener consecuencias muy concretas en el negocio de la soja. “En el corto plazo, creo que la industria aceitera le va a pegar un golpe fuerte al precio de la soja, tratando de compensar las pérdidas y la caída de la competitividad que le produce la medida”, planteó Pablo Adreani, analista del mercado de granos.

El miércoles, cuando se liberen los permisos de exportación, se sabrá hasta que punto el valor de la oleaginosa puede llegar a bajar (quizás entre 7 y 8 dólares por tonelada). “Los productores responderán retrayendo la oferta de soja”, anticipó el experto, lo que puede mitigar en parte esta tendencia con el correr de los días.

“Lo que está haciendo el Gobierno es responder a un viejo reclamo del Gobierno de Estados Unidos, a través del FMI, de que tiene que eliminar el diferencial arancelario que favorece a la industria aceitera (del 3%). Al mantener la baja gradual del poroto, dentro de seis meses las retenciones van a ser similares para el poroto, la harina y el aceite, quedando sin protección la industria”, explicó el analista.

En la opinión de Adreani, China puede ser una beneficiaria indirecta de la medida, porque por su guerra comercial con Estados Unidos está demandando más importaciones poroto, sin procesar. “Es que por esta decisión la Argentina va a ser cada vez más competitiva exportando poroto, mes a mes, que harina o aceite”, concluyó el especialista.