En la campaña 2017/2018, Rusia dio el gran golpe en el mercado de trigo al alcanzar una cosecha récord de casi 86 millones de toneladas y al consolidar su posición como principal exportador mundial del cereal, con ventas por más de 40 millones de toneladas, que desplazaron a grandes proveedores, como los Estados Unidos, de muchos de sus tradicionales compradores.

Hoy se insinúa una situación distinta, dado que, a partir de condiciones climáticas adversas, la producción de trigo de Rusia se prevé con una importante baja. Esto, junto con pérdidas productivas en la Unión Europea, ha revitalizado los precios del trigo y les permite pensar al resto de los proveedores globales en reconquistar mercados. Pero, a la par de las noticias reales, el mercado se cargó de rumores sobre posibles restricciones a las ventas externas de Rusia, lo que exacerbó las subas en las Bolsas de Chicago y de Kansas. Tan es así que entre el 11 de julio y el cierre de ayer la posición septiembre del cereal en dichas plazas aumentó un 18,84 y un 21,76%, al pasar de 172,60 a 205,12 y de 170,12 a 207,14 dólares por tonelada, respectivamente.

Para saber cuánto hay de real y cuánto sólo de especulación de los operadores que contribuyen a formar los precios en los mercados, LA NACION consultó a Andrey Sizov, director General de la consultora rusa SovEcon, una firma creada en 1991 y que hoy, desde su sede en Moscú, es una de las principales fuentes de información y análisis sobre el mercado de granos en Rusia.

-Tras la cosecha récord 2017/2018, ¿cómo calificaría la actual campaña de trigo en Rusia?

-Tuvimos condiciones climáticas casi ideales en 2017, con mucha lluvia en los momentos en los que hacía falta. Este año tuvimos condiciones secas durante demasiado tiempo (abril/junio) en muchas regiones. Además, en mayo el clima fue anormalmente frío en la parte asiática del país, que es la principal región productora de trigo de primavera. Y ahora tenemos lluvias en muchas partes que ralentizan la cosecha y que ponen en riesgo la calidad. Sin embargo, me gustaría hacer hincapié en que, pese a todas las especulaciones sobre "la sequía del Mar Negro", el clima no es desastroso y la producción estará muy por encima de la que tuvimos en 2010 y en 2012, cuando rondó los 40 millones de toneladas.

-¿Qué estimación manejan para la cosecha de trigo luego del tiempo seco y frente al actual exceso de humedad?

-La última previsión es de 69,60 millones de toneladas. La cosecha del año pasado fue de 85,90 millones.

-¿Qué saldo exportable proyectan?

-Prevemos 35 millones de toneladas, contra los 40,90 millones exportados en la temporada pasada (julio/junio). La disminución de la producción se podría compensar con las existencias dejadas por el ciclo anterior. Gracias a esto, y a la cosecha temprana, la campaña de exportación 2018/2019 ha comenzado a un ritmo récord. Las ventas externas en julio fueron de 3,5 millones de toneladas, 2,5 veces por encima de julio de 2017.

-En ese sentido, ¿cuándo cree que la menor disponibilidad de trigo ruso comenzará a tener impacto en el mercado?

-En la segunda mitad de la temporada (después de diciembre), el mercado puede comenzar a sentir que las existencias ya no son tan altas, lo que elevará la competencia entre los exportadores y los abastecedores del consumo local.

-Comparado con años anteriores ¿cuál es la calidad de la producción? ¿Prevén un mayor volumen de trigo forrajero?

-Es un poco temprano para decirlo. Escuchamos algunas quejas por un nivel de proteína menor al normal, pero es típico para el comienzo de la temporada (al 26 de julio se recolectaron 29,50 millones de toneladas). Creo que al final de cuentas la calidad general estará cerca -tal vez ligeramente por debajo- del año pasado. Esperamos que las lluvias cesen pronto en la parte europea del país. Si esto no sucede, sí, la proporción de trigo forrajero podría ser mayor que la normal.

-Con un volumen de cosecha superior a los 65/68 millones de toneladas, ¿los rumores de un cierre de las exportaciones rusas o de la imposición de impuestos pueden tener algo de ciertos o son solo especulaciones?

-Actualmente parece solo una especulación alcista, que surgió después de que el mercado se dio cuenta de que la nueva cosecha rusa no es el desastre que muchos esperaban. Por cierto, esta es la primera vez que veo tanto ruido (¿noticias falsas?) en torno del mercado ruso de trigo en los más de 20 años que llevo trabajando en esto, con muchas estimaciones próximas a los 60 millones de toneladas e incluso por debajo de esa marca, y ahora con esta historia del cierre del mercado exportador. Cualquier posible limitación de las ventas externas no está en la agenda del país.

Frente a las especulaciones externas, Sizov agregó que "la tasa 0 a la exportación de trigo fue oficialmente extendida hasta julio de 2019 por el gobierno ruso hace solo tres semanas". Además, explicó que para la gestión de Vladimir Putin las exportaciones agrícolas se convirtieron en un Indicador Clave de Rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés). "En mayo, el presidente firmó el denominado Decreto 2 de Mayo, que establece un objetivo muy ambicioso, de 45.000 millones de dólares de exportaciones agrícolas de aquí a seis años. En 2017, las exportaciones alcanzaron un nuevo máximo histórico de 21.000 millones de dólares", destacó el especialista.

-El aumento interno que experimentó el trigo por la menor cosecha, ¿afecta la competitividad del cereal ruso?

-Hoy el nivel del rublo mantiene competitivo el precio de exportación, por lo que no es un problema en este momento. Sí podría convertirse en un problema durante la segunda mitad de la temporada.

-Más allá de la coyuntura actual, ¿Rusia apunta a consolidarse como el principal proveedor mundial de trigo?

-Es probable que veamos un mayor crecimiento de la producción y de las exportaciones si el gobierno no se involucra demasiado con el sector. En la Argentina saben bien lo que pueden generar malas políticas para sus agricultores. Una de las principales barreras, que es la falta de capacidad en las terminales portuarias, podría eliminarse a mediano plazo. Estimamos que Rusia puede agregar entre 10 y 15 millones de toneladas de capacidad exportable (todos los granos) a los 55 millones existentes. Igualmente, es probable que el ritmo de crecimiento productivo se desacelere, ya que el factor que generó el crecimiento más importante, que fue la transición de una economía agrícola ineficiente y planificada desde el poder central a una impulsada por el mercado, se ha completado.

Soja, un objetivo en la mira

En medio de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, Rusia, un país que hoy es marginal en cuanto a la oferta de soja, tiene una ventaja central respecto de todos los proveedores tradicionales: compartir frontera con el principal comprador mundial.

-¿Rusia apunta a incrementar su producción de soja para aprovechar la proximidad con la demanda china?

-Los agricultores rusos están incrementando ampliamente el área con soja y eso no está relacionado con ninguna tensión entre EE.UU. y China. El cultivo es uno de los más rentables para los agricultores. El lejano oriente ruso (región limítrofe con Heilongjiang, que es la principal provincia agrícola de China) es el mayor productor de soja en el país y comenzó a vender gran parte de esa producción a China hace varios años. Las ventas de esta temporada alcanzarán un récord de 700.000 toneladas, que es mucho para Rusia, ya que el país produjo 3,6 millones de toneladas el año pasado. Pero eso es menos del 1% de las importaciones chinas. A mediano/largo plazo creo que veremos un mayor crecimiento de la producción y de las exportaciones de soja y de maíz del lejano oriente ruso y no solo a China. Llamamos a esta región "un gigante dormido", el clima es favorable para la agricultura, tiene muchos clientes potenciales (China, Japón, Vietnam, Corea del Sur, por nombrar algunos) y si vemos mayores inversiones en la producción podría explotar. Y esas inversiones comenzaron a llegar hace un par de años. Así que, si estuviera en los zapatos de los agricultores estadounidenses y sudamericanos, sin duda, vigilaría lo que pasa en la región.

Por: Dante Rofi