Precios

Son en definitiva quienes definen el negocio ganadero. El consumo, debido a la situación macro, no convalida altos valores, los menores precios obligan al ganadero a vender más cantidad y eso hace que crezca la oferta de carne en una situación de un mercado poco demandante. La consecuencia directa de ello son menores precios. De hecho, el promedio de los primeros cinco meses del año resulta ser el menor desde 2010.

Por otra parte la seca ha afectado los planteos ganaderos, obligando a los productores a aumentar la oferta, y como si eso fuese poco muchos productores mixtos que como consecuencia de la mala campaña agrícola precisan liquidez, agravando el cuadro de situación.

Como punto positivo, se puede considerar el incremento de las exportaciones ganaderas, que crecieron un 60%, que si bien como porcentaje resulta un incremento muy interesante, no resulta de la misma magnitud cuando se lo toma en valores absolutos. Durante los primeros 4 meses de 2018 fueron 145.276 toneladas las que se exportaron, un 60% más que en igual período del año pasado. Al medírselo en términos porcentuales de la producción, vemos que en 2017 el 10% de lo producido en el primer cuatrimestre fue exportado; durante 2018 la exportación representó el 15% de lo producido.

El segundo es la devaluación que puede empujar a mejorar las cotizaciones internas.

En los gráficos precedentes los promedios son anuales, excepto 2018 que corresponde al promedio de los primeros 5 meses del año.

Al observar la curva de precios al consumidor vemos que el comportamiento de los mismos sigue una tendencia muy parecida a la evolución del precio del kilo vivo del novillo, dándose en este último año los valores más bajos desde 2010.


(1)Los precios minoristas surgen del promedio de seis cortes (asado, bife angosto, cuadril, carne picada, nalga y paleta) de acuerdo a datos publicados por INDEC e IPCVA.

Faena & Ciclo ganadero

El stock bovino nacional, sería al 19 de junio pasado de 52,906 millones de cabezas, una cifra 0,8% inferior a la registrada en el mismo mes de 2017. En número absolutos la caída interanual sería de 447.722 cabezas. Vale la aclaración que el último stock informado es al 19 de junio, mientras que los anteriores eran al 31 de marzo de cada año, con lo cual el stock al 31 de marzo pudo haber sido algo superior.

En 2018 el crecimiento del stock bovino argentino se desaceleró a causa de dos sequías, la climática y la económica.

Según datos del Ministerio de Agroindustria durante los primeros 5 meses del 2018 se faenaron 5.493.338 cabezas, lo que representa un 9,22% más que los 5.029.399 en igual período del 2017. El consumo interno durante ese lapso de tiempo fue de 1.060 miles de toneladas, y durante 2017 1017 miles de tn, lo que representa un 4,2% de aumento.

Mientras que el incremento de total de cabezas faenadas fue del 9,22%, el incremento de hembras en la faena resulto ser del 16,3%. El porcentaje promedio de hembras en la faena paso de 42,3% en los primeros 5 meses del año 2017, al 45% en 2018.

En un párrafo anterior se hacía mención que el incremento en la faena en general y de hembras en particular se debía a dos factores, el económico y el climático. Al analizar el primer bimestre del año encontramos que la faena total respecto al año anterior fue un 11% mayor y el de las hembras en particular creció un 16,3%; haciendo que el porcentaje de hembras en la faena pase del 42,7% del año anterior, al 44,7% en 2018. Estos valores sucedían aún antes de que los problemas climáticos aparezcan con toda su dureza.

Incluso durante el último cuatrimestre del 2017 se faenó un 8,6% más que en igual periodo del 2016. La faena de hembras al comparar último cuatrimestre del 2047 respecto del 2016 creció un 13%.

Ello muestra que el incremento en las cabezas faenadas no comenzó con la seca, y en particular el aumento de la faena de hembras se viene dando desde el 2017.

Este incremento en la faena en general y de hembras en particular es muy posible que responda a dos factores,

• la disminución de la renta ganadera explicada por la combinación de la baja del precio de la hacienda y el aumento de costos.
• la falta de un horizonte favorable a corto plazo que signifique un cambio sustancial para la ganadería argentina.

Invernada, impacto de la seca en los movimientos y en los precios

El movimiento nacional de terner@s para invernada tiene un comportamiento marcadamente estacional, el pico máximo ocurre generalmente durante los meses de abril y mayo, mientras que el menor valor suele darse en noviembre.

Durante 2018, y como consecuencia de la importantísima seca ocurrida en gran parte del país, el movimiento de terner@s en lo que va del año, ha tenido un comportamiento diferente al de otras zafras. Tal como se muestra en el grafico adjunto, ya durante febrero se aceleró el movimiento de terner@s con destino a invernada, A fines de marzo del 2018 se habían movido casi un 40% más que el promedio de las últimas 5 campañas (2013 a 2017). La diferencia se siguió marcando hasta abril inclusive y recién cae a partir de mayo.


A priori se podría inferir que la oferta temprana de terner@s afectaría el precio de la invernada, pero al relacionar el precio de la misma con el precio del novillo, vemos que en líneas generales no se ha apartado demasiado de su comportamiento histórico. A pesar de haber existido cotizaciones menores a las esperadas, los precios reales no han tenido en ningún mes una diferencia inferior al 4% respecto del precio esperado (estimado a partir de ecuaciones de regresión)

En repetidos artículos hemos mostrado que el precio del ternero es función del precio del novillo, y que además el mismo tiene un comportamiento diferente según la época del año.
El precio del ternero tiene un comportamiento histórico que sigue un patrón determinado, y varía según el precio del novillo, del dólar y del mes. Por ejemplo, es posible estimar el precio del ternero para febrero mediante la siguiente ecuación (esta ecuación es sólo válida para febrero);

u$s/kg ternero feb = 0,331 x (u$s/kg novillo promedio)2 + 0,7727 x (u$s/kg novillo promedio) + 0,0859

El precio en u$s/kg novillo promedio de febrero fue de 1,6, al reemplazarlo y hacer el cálculo se obtiene un valor igual a 2,17 u$s/kg, que multiplicado por el valor del dólar de ese momento (20,15 $/u$s), da 43,82 $/kg mientras que el valor real fue de 43,75. Dichas ecuaciones sirven para estudiar si las relaciones entre las categorías se apartan de su comportamiento histórico, y /o para predecir los valores que puedan tomar las diferentes categorías y así poder mejorar las decisiones empresariales. La aplicación de las diferentes ecuaciones de regresión para estimar el precio del ternero están representadas en los gráficos adjuntos.

En el gráfico de la izquierda se puede apreciar cuales han sido los valores del ternero, cada vez que el novillo tuvo un precio de 1,4 u$s/kg. En el otro gráfico, en él que existen dos curvas, una de ellas representa el precio que efectivamente tuvo el ternero en cada mes (línea azul), salvo junio que está considerado el promedio hasta el 21/6. La curva de “estimado mensual” del precio del ternero, es la que surge luego de aplicar las fórmulas que correlacionan los precios de cada mes con el del novillo. Para los meses de junio en adelante se tuvo en cuenta un precio del novillo promedio de 1,4 u$s/kg y un tipo de cambio de 27,7 $/u$s; de cambiar estas suposiciones variaría el precio esperado del ternero, ya que se asume que el precio de la invernada es función del precio del novillo.

El maíz y su relación con el precio del kilo en pie

El grano de maíz, es el concentrado energético que determina el precio de la alimentación de los engordes a corral o con altos niveles de suplementación. La liberación de las exportaciones, la desaparición de las retenciones y la seca de la última campaña han hecho que las cotizaciones del cereal hayan aumentado. En términos relativos el valor del novillo ha perdido poder de compra respecto del grano. Este incremento seguramente ha hecho que muchos engordadores replanteen sus modelos y de tal manera el factor alimentación pone un techo a las cotizaciones de la invernada
En promedio del año 2000 al 2017 se podían obtener 10,1 kilos de maíz por kilo de novillo. La mejor relación insumo/producto se dio durante 2015 en donde con un kilo de novillo se adquirían 17,4 kilos de maíz. Durante 2016 la relación cae a 10,8 kilos, mejora un poco en 2017 (12,2 kilos de maíz por kilo de novillo), y en lo que va del 2018 (hasta el 21 de junio) cae a 8,83 kilos de maíz por kilo de novillo; ubicándose incluso por debajo del promedio de la serie

Producción de carne a través de las cabezas

Generalmente se asocia a la cantidad de cabezas faenadas anualmente con la producción de carne nacional. Ello no es siempre cierto, en algunas ocasiones un incremento de la cantidad de cabezas faenadas puede provenir en parte, producto de una disminución del stock de hacienda. Puede haberse producido también más de lo que se faena, y por lo tanto el stock crece. De tal manera no debe tomarse como sinónimo de producción, a la cantidad de cabezas faenadas.

Dado que la correlación entre la producción de carne en toneladas res, con la cantidad de cabezas faenadas se sitúa por encima del 90%, por eso centraremos el análisis en la cantidad de cabezas.

Cuando se hace mención al ciclo 2017/18, la faena se contabiliza desde abril de 2017 hasta marzo del 2018 inclusive.

Para cada uno de los distintos años, se ha estimado la cantidad de cabezas producidas de la misma manera.


Se define el total de cabezas producidas, como a la variación de stock, más la faena.

En el gráfico se puede observar la evolución anual del número de cabezas faenadas (columnas rojas), y de la producción de cabezas (columnas amarillas).

La producción de cabezas crece de manera conjunta con la cantidad de cabezas faenadas desde 2003 hasta 2006. Mientras la producción sea mayor a la faena (columnas amarillas mayores a las rojas), el stock de hacienda del siguiente ejercicio será mayor. Durante 2007 comienza un significativo aumento de la faena, lo que hace que la producción de carne comience a caer, y como consecuencia directa el stock de hacienda se contrae. El pico máximo de la faena se produce durante 2009, y fue tan grande la cantidad de cabezas faenadas, que se produce a fines de ese mismo año un efecto rebote en el precio.

El valor de la hacienda comienza una carrera ascendente que llegará a su pico máximo en noviembre del 2010. La inercia que llevaba el ciclo de liquidación hace que el stock siga descendiendo hasta el 2011, a partir de allí y por la acción combinada de la menor cantidad de cabezas sacrificadas y la mayor producción, el stock de hacienda comienza a crecer. La faena tiene su menor valor en el ciclo 2011/2012. A partir de allí el stock ganadero vuelve a crecer después de 4 años consecutivos de caída. Esta tendencia se mantiene hasta el 2014/15, luego se produce una merma del stock y en los siguientes dos ejercicios el stock continua creciendo, para disminuir en este último ejercicio.

La producción en 2017/18 ha sido la menor de los últimos 3 años, cuando Senasa de a conocer el informe de stock desagregado serán más claras las causas por las cuales disminuyó el stock, aunque obviamente el incremento del número de cabezas faenadas es una.

Por Ing. Agr. Andrés G. Halle

Fuentes

• Dirección Provincial de Estadística y censos de la Pcia de San Luis
• www.entresurcosycorrales
• Ganadería en Números
• IPCVA
• MAGyP
• Mercado de Liniers
• Senasa