El trigo se está haciendo cargo de traccionar al equipo agropecuario argentino. Sucede tras el tropiezo de la soja y las heridas también padecidas por el maíz, que aunque en la última campaña equiparó en volumen a la oleaginosa tampoco resultó ajeno a la sequía que castigó los rendimientos y afectó todas las ecuaciones, agronómicas y económicas.

En rigor, mientras los cultivos de verano preparan su vuelta a los campos de juego en la primavera, el cereal de invierno se está haciendo cargo de empujar en este momento, con una cadena de datos positivos.

Por un lado, la molienda de trigo acumulada en los meses enero-abril de 2018 en Argentina suma 1,85 millones de toneladas, el registro más alto desde el primer cuatrimestre del año 2012, según consignó la Bolsa de Comercio de Rosario en base a información del Ministerio de Agroindustria. Según explicó la entidad rosarina en un informe, se trata de un dato importante para una industria que genera un enorme impacto multiplicador en la economía argentina y en los niveles de empleo. Según datos de la FAIM (Federación Argentina de la Industria Molinera), este complejo industrial cuenta con más de 170 empresas en cerca de 200 plantas distribuidas en todo el país, con una capacidad de molienda de trigo de 13,5 millones de toneladas anuales.

La mayor parte se procesó en la provincia de Buenos Aires, casi la mitad del total a nivel país, lo cual obedece a que cerca del 43% de la producción nacional se encuentra localizada en dicha provincia (7,61 millones de toneladas de trigo).

Por ese protagonismo, el ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís, encabezó esta semana la tercera misión comercial público-privada anual a Brasil, con el objetivo de fortalecer y mejorar los 500 millones de dólares que representan las compras brasileñas a la Provincia. Desde San Pablo, Sarquís anunció que el gigante vecino comprará “aproximadamente 2,5 millones de toneladas de trigo antes de fin de año y alrededor de 5,5 millones en 2019”.

Mientras tanto, mejoran las perspectivas productivas del trigo para la campaña en marcha. Con estimaciones de superficie que aumentan sin cesar, se espera una superficie récord con más de 6 millones de hectáreas a nivel país. Se destaca el renovado protagonismo de la Zona Núcleo, lo cual refiere a rotaciones sustentables, dos cultivos por año, buenas prácticas agrícolas y ciclos que no frenan.

En tanto, las cotizaciones de mercado, si bien no tienen el vigor que habían ofrecido hasta semanas atrás, por ahora no desentonan.