El trigo argentino quiere seguir expandiendo sus exportaciones y, para lograrlo, la cadena del cereal piensa en una “marca” propia que la distinga a nivel mundial.

No obstante, antes de avanzar en esa dirección, especialistas advierten que hace falta un paso previo: mejorar la trazabilidad de los cultivares de diferentes calidades, en función del manejo nutricional para las distintas zonas de producción.

Esa es la postura, por ejemplo, del docente e investigador de la cátedra de Cerealicultura de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), Daniel Miralles, quien también fue coordinador técnico académico en el último congreso A Todo Trigo.

Marca país

En diálogo con el sitio de divulgación científica “Sobre la Tierra” de Fauba, Miralles sostuvo que deberían implementarse políticas para mejorar la trazabilidad del cultivo, en función del comportamiento de los distintos grupos de calidad que se clasifican en la Argentina y las zonas de producción, para dar respuesta a las demandas de los mercados internacionales.

En la actualidad, la calidad del trigo en Argentina está asociada a características genotípicas de las semillas, que se clasifican en tres grupos: superior, intermedia o inferior. Así, el diferencial de precios se obtiene cuando alguien cumple con ciertos requisitos como el contenido de proteína, por ejemplo. Pero existen otros atributos que también inciden en la calidad y no están considerados. Por eso, muchos productores optan por mejorar su rentabilidad con más rendimientos, lo que generalmente va en detrimento de la calidad.

“En el mejor de los casos, si cumple con determinados parámetros, el productor que cultiva un trigo de muy buena calidad va a lograr que no lo penalicen al momento de venderlo, pero no va a obtener un mejor precio porque en la Argentina no se paga la calidad, salvo excepciones de acuerdos particulares con la industria molinera”, cuestionó Miralles.

Tipificación

Miralles consideró que, si bien la Argentina no estaría en condiciones de implementar un proyecto para segregar sus trigos por calidad de un año al otro, debido a que la iniciativa requiere de una estructura que hoy no está disponible, se podría poner en práctica un sistema de trazabilidad que permita conocer las calidades de trigo que se cosechan en cada región productiva, en función de las prácticas de manejo implementadas y la genética utilizada.

“Una estructura de trazabilidad es sencilla de implementar ya que podría estar basada en las mismas muestras que pueden ser obtenidas de la Red Nacional de Ensayos Territoriales (RET) que anualmente se conduce en la Argentina. Esta información es importante para los operadores de granos al momento de vender la mercadería a un exportador que pide una determinada calidad. Así va a poder identificar esos focos —regiones, localidades, partidos— dentro del sistema de producción argentina, donde se podría ir a buscar los granos de distinta calidad y obtener precios diferenciales. En resumen, es comprender la interacción entre los genotipos que determinan la calidad, el manejo y el ambiente climático de cada región”, detalló.

Trazabilidad

Para Miralles, es fundamental poner en marcha un sistema de trazabilidad que permita cómo los distintos genotipos responden al manejo nutricional y al ambiente para tener determinada calidad.

“Hoy podemos identificar áreas que creemos que tienen buena o mala calidad luego de la cosecha en función de datos de proteína, pero no sabemos qué material genético se utilizó, ni tampoco cuáles son los manejos que se les aplicaron. Con esta pobre información no es posible generar un sistema de trazabilidad”, afirmó.

Además, criticó que “el Estado invierte dinero en determinaciones gratuitas de calidad (proteína) que generan información muy pobre. Con el mismo dinero podría implementarse un plan de trazabilidad a partir de muestras de grano de la propia RET, ya que permitiría contar con información de calidad industrial que es crucial para la demanda de algunos países importadores de trigo del Mercosur y de otras regiones”.

“Es crucial conocer qué cultivares de trigo son más estables o inestables para una determinada calidad a lo largo de las distintas regiones de producción de la Argentina para poder tener estabilidad en la calidad de exportación de nuestro trigo. Hoy esa información no está disponible (o la poca que hay está atomizada y no sistematizada). Una vez que la tengamos disponible, podemos discutir qué es la marca de trigo argentina”, concluyó.