Con un récord de 390 millones de litros de etanol de maíz producidos el año pasado, la industria elaboradora del biocombustible en la provincia arrancó el año con más inversiones. Las empresas Bio 4, ubicada en Río Cuarto; Promaíz, en Alejandro Roca (departamento Juárez Celman) y ACA Bio, en Villa María, invirtieron 60 millones de dólares en aumentar su capacidad de producción y almacenaje.

La apuesta conjunta redunda en más demanda de maíz. Durante el año pasado, las tres plantas demandaron un volumen de 975 mil toneladas de maíz que, con el aumento del 25 por ciento en su capacidad de producción, se vería incrementado en 240 mil toneladas.

El etanol de maíz se utiliza para el corte con las naftas en el mercado interno, en un porcentaje del 12 por ciento.

Si bien en otros países del mundo su desarrollo es anterior, la producción de etanol en Argentina es uno de los negocios que tienen patente del siglo 21.

Sus inversiones llegaron a partir de 2006, cuando el Gobierno nacional decidió, por una ley (26.093), promover su producción y la mezcla obligatoria del combustible renovable con las naftas para el consumo en el mercado interno.

El objetivo apuntaba a desarrollar una matriz energética más sustentable, que no dependiera en exclusividad de los combustibles fósiles.

El puntapié inicial lo dieron los ingenios azucareros, ubicados en Salta, Jujuy y Tucumán, que comenzaron a destinar la caña de azúcar a la elaboración del etanol.

En 2010, y con la posibilidad de producir el biocombustible a partir de la molienda de maíz, le llegó el turno a una nueva industria, que comenzó a generar inversiones y mano de obra.

El lugar estratégico elegido para su radicación fue la provincia de Córdoba, la mayor productora nacional de maíz, con una participación que supera el 30 por ciento y próxima a la ubicación de las refinerías, donde las petroleras efectúan la mixtura.

Producción a “full”

​En menos de dos años, más precisamente entre comienzos de 2012 y finales de 2013, la industrial del etanol en la provincia colocó alrededor de 340 millones de dólares. El primer desembarco lo hizo la empresa Bio 4, en Río Cuarto, donde un grupo de inversores vinculados a la producción agropecuaria aportó 40 millones de dólares para construir una planta con una capacidad de elaboración de 80 millones de litros anuales.

En enero de 2013, la sociedad entre Aceitera General Deheza y Bunge invirtió 170 millones de dólares en Promaíz, un complejo industrial ubicado en Alejandro Roca (departamento Juárez Celman), con una capacidad para producir 140 millones de litros de etanol por año.

Meses después, en Villa María, la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) concretó un desembolso de 130 millones de dólares en la construcción de su planta (ACA Bio), con la intención inicial de proveer al mercado doméstico de 125 millones de litros.

El tamaño de las inversiones y, principalmente, su capacidad de elaboración convirtieron a Córdoba en la principal productora de etanol del país, inclusive por encima del aporte que realizaba la totalidad de las provincias ubicadas en el norte argentino con la elaboración a base de caña.

En los últimos cuatro años, la producción en Córdoba creció 242 por ciento: pasó de 114 millones de litros en 2013 a 390 millones de litros durante el año pasado, según datos de la Secretaría de Energía de la Nación.

Durante el año pasado, la elaboración nacional de etanol (tanto de caña como de maíz) fue de 1.105 millones de litros, de los cuales Córdoba aportó 35 por ciento.

De la oferta total de 551 millones de litros de etanol de maíz, las tres industrias de Córdoba produjeron 70 por ciento. El 30 por ciento restante corresponde a una planta ubicada en Santa Fe y a otra en San Luis.

Más inversiones El crecimiento del consumo de naftas sigue demandando cada vez más etanol, un abastecimiento que por ley es sólo provisto por cupos asignados por la Secretaría de Energía de la Nación a una decena de ingenios azucareros y a las cinco etanoleras –que incluyen las tres de Córdoba– que industrializan maíz.

Con la suba progresiva de la cantidad del combustible utilizado en la mezcla con naftas, que arrancó en el seis por ciento y hoy está en el 12, las empresas radicadas en Córdoba han ido incorporando cada vez más capacidad instalada.

“En lo que va del año, las tres plantas realizaron inversiones por 60 millones de dólares”, confirmó a La Voz Patrick Adam, director ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz. “Córdoba aporta 32,5 millones de litros (mensuales) de etanol, a los cuales se sumará un 25 por ciento más de capacidad; es decir, 8,10 millones de litros más”, explicó Adam.

De acuerdo con la información brindada por la cámara, Promaíz, en Alejandro Roca, invirtió 25 millones de dólares; un monto similar colocó ACA en Villa María; y otros 10 millones de dólares, Bio 4 en Río Cuarto. En todos los casos, los desembolsos apuntaron a crecer en capacidad de producción y en almacenaje y logística.

“El sector está en condiciones de duplicar el actual volumen de producción, pero para ello el Gobierno debería aumentar el corte con las naftas. Hay negociaciones para que se lleve al 24 por ciento”, admitió el director ejecutivo de la cámara empresarial.

Mercado regulado

Además de los cupos de producción asignados por el Ministerio de Energía, el Estado también fija el precio que las refinadoras le pagan a la industria por el litro de etanol.

Para las entregas en junio, el valor para el combustible a base de maíz es de 15,16 pesos, mientras que para el elaborado a base de caña de azúcar, el precio se fijó en 18 pesos el litro.

En los próximos días, el Gobierno nacional pondrá en marcha la mesa de competitividad del etanol, el espacio público y privado que el propio presidente Macri conduce con reuniones periódicas.

En ese ámbito –similar al que hoy tiene el sector automotor, la industria de la maquinaria agrícola, el forestal y ganados y carnes– se sentarán los representantes de la industria elaboradora junto con las terminales, entre otros integrantes de la cadena.

Una de las primeras propuestas de análisis que la industria del etanol de maíz llevará a la mesa será la necesidad de elevar el corte del combustible renovable con las naftas, para consolidar el aumento productivo.

Una industria con el estímulo de una ley

Los biocombustibles tienen un esquema de promoción. La ley 26.093 de Promoción y Desarrollo de los Biocombustibles, sancionada en 2006, estableció para el año 2010 el mezclado inicial con combustibles fósiles de un cinco por ciento de bioetanol.

Según la normativa nacional, las empresas proveedoras deberían ser propiedad de sociedades comerciales, privadas, públicas o mixtas, o cooperativas, constituidas en la Argentina y habilitadas con exclusividad para el desarrollo de la actividad promocionada por la ley.