"La sequía castigó en mayor o menor medida el rinde de la soja, dependiendo de las lluvias recibidas en cada campo. Su distribución espacial fue variable, con zonas que no superaron un acumulado de 20 mm y otras, cercanas a los promedios históricos", señala el informe.

Además, las persistentes lluvias otoñales sumaron problemas en la cosecha y en la calidad de los granos. "Un relevamiento en acopios y laboratorios en la zona, determinó que después del temporal, la calidad comercial presentaba en promedio entre 20 y 60% de grano dañado. Antes del mismo, las muestras llegaban al 90% de PG. Las que ingresaron postemporal, muestran valores desalentadores.

Esta situación climática ha provocado la aparición del Síndrome del Tallo Verde (STV), y también el brotado de granos. Frente a estos problemas, INTA Pergamino sugiere:

En lotes de soja afectados con STV es importante no esperar hasta que los tallos estén secos para cosechar. Si se espera que se sequen, las pérdidas de precosecha y las provocadas por el cabezal aumentarán notablemente. Habitualmente, las pérdidas de cabezal superan en más del doble a las pérdidas por la cola de la máquina. Pero, la combinación de tallos verdes, húmedos y flexibles con vainas secas y quebradizas, origina problemas mecánicos que alteran esta relación. Las plantas con STV aumentan notablemente la fricción en el sistema de trilla y por ende, el riesgo de que ocurran roturas. Bajar la velocidad de avance es la mejor solución para evitar pérdidas de tiempo por taponamientos, obstrucciones y costosas reparaciones.

Para reducir los problemas de obstrucción, sería recomendable en la medida de lo posible utilizar cabezales a lonas, a fin de garantizar una mejor entrega del material. Cosechar al sesgo siempre mejora el rendimiento de la barra de corte y proporciona una alimentación más uniforme. Si la barra de corte no corta los tallos y se atora, controlar que todas las secciones estén afiladas, los accesorios apretados y reemplazar las cuchillas gastadas.

Muchos lotes presentan plantas de soja con grano brotado. Las pérdidas varían según el tiempo de exposición al temporal a partir de la madurez del cultivo. En el norte de Buenos Aires, se registraron hasta el momento lotes de hasta un 5% con grano brotado. En otras zonas, el brotado va del 7 al 28%. Sojas con alto nivel de grano en estas condiciones, perjudican el almacenamiento ya que se trata de porciones de tejidos susceptibles que fácilmente son atacados por el desarrollo de los hongos en el almacenaje. El secado es la herramienta a la que rápidamente se debe acudir para detener su desarrollo.

Para decidir sobre la conveniencia de cosechar o no lotes con expectativas de bajo rendimiento y mala calidad comercial, es recomendable conocer previamente el posible rendimiento de grano de calidad. Se sugiere sacar una muestra y presentarla al acopio, a fin de calcular el valor del grano y compararlo con los costos de cosecha y flete. Analizar también las tolerancias de las distintas vías de comercialización, sus respectivos gastos, mermas por acondicionamiento y no descartar otro usos, inclusive animal.

Si el almacenaje se realiza en silos es muy necesario secar los granos para limitar el desarrollo de hongos y micotoxinas. Si se utiliza silobolsa con una humedad del grano inferior al 16%, el tiempo de almacenaje máximo podrá ser de tres meses según temperatura ambiente y hermeticidad de la bolsa. Los granos con mayor humedad y porcentaje de grano dañado el tiempo de almacenaje se reduce, aconsejándose que no sea más de 30 días. En todos los casos, es muy importante realizar el muestreo periódico y decidir la extracción del grano según la evolución de su calidad.

Informe: Ing. agrónomos Emilce Martínez, Andres Llovet y Ruben Roskopf del INTA Pergamino