La paciencia que antes se requería para resolver la seca, ahora hay que tenerla para esperar que mejoren las condiciones de suelo para poder acceder a los lotes.

La alta demanda de precipitaciones de finales de marzo, proponía un escenario con muchas incertezas para el arranque de la campaña de granos finos. Eventualmente el cambio positivo que mostró el mes de abril, comenzó a modificar aquel panorama de dudas y la primera quincena de mayo termino por recargar en forma sobrada los perfiles para el inicio de las siembras.

Lo que ha sido bueno para salir de la seca de gran escala que afectó casi todo el sistema productivo del país, ha complejizado la última parte de la cosecha. La misma llevaba un ritmo muy acelerado hasta finales de marzo, pero con llegada de las lluvias, las tareas se vieron interrumpidas con mucha frecuencia, con el agregado de que el material a cosechar ya no logró sostenerse sin ver afectada su calidad. Abril es siempre un mes donde los equilibrios son delicados. Este año la situación estaba exacerbada, las buenas noticias para el inicio de la fina, terminaron promoviendo nuevos recortes en la producción de soja.

Es clave la mejora de las condiciones del tiempo que se está dando por estos días y la disminución en la frecuencia de precipitaciones previstas para el resto de mayo. Esto debería permitir que la situación evolucione con reservas que vayan ganando niveles entre óptimos y adecuados. Hay que estar muy atentos para aprovechar las ventanas de buen tiempo, antes de que regresen las lluvias que se esperan en el cambio hacia junio.

La lectura de la situación hídrica actual repercute directamente sobre la inminencia de la toma decisiones para la fina. El escenario, como decíamos, en muchos casos se ha vuelto antagónico. Es decir las limitantes por defecto, a esta altura, se han transformado en limitantes por exceso.

Parece improbable que en la transición hacia junio se reproduzca el panorama pluvial de los primeros diez días de mayo. Eventualmente si las precipitaciones tienden a mostrar desvíos positivos durante el invierno, entendemos que los mismos se posicionarán sobre el este, principalmente debido a que el litoral Atlántico presenta una anomalía cálida que parece instalada y posiblemente no se altere demasiado durante el resto del invierno.

En cuanto a temperaturas, si bien se ha notado un cambio hacia un ambiente más asociado al ritmo térmico esperado para el mes de mayo, las condiciones están lejos de ser rigurosas. También es muy probable que esta antesala del invierno permita proyectar un predominio de temperaturas normales o por encima de las normales para el trimestre frío. Esto no quiere decir que no vayan a promoverse irrupciones de aire de origen polar, sin embargo, las mismas serán ocasionales, Si las masas de aire que van definir el ambiente invernal tienen su fuente básicamente sobre el Atlántico, podemos espera con mayor probabilidad que se concrete un invierno benigno, como han venido siendo los últimos.