Para los analistas económicos, la decisión del Gobierno de volver a financiarse con el Fondo Monetario es una buena señal para los mercados, aunque no alcanzará para terminar con la volatilidad del dólar.

Para el ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel, "el talón de Aquiles del gradualismo es la dependencia del financiamiento externo. Ante un frenazo de ese fondeo la pregunta era cual iba a ser el plan B: brusco ajuste fiscal o el FMI. Ahora sabemos la respuesta. La línea de crédito del FMI es la opción menos costosa para el crecimiento de la Argentina. Va ayudar a bajar el riesgo país y permitir acceso al crédito para las empresas que participen en los PPPs".

"Había un problema de credibilidad que no se solucionaba vendiendo dólares o subiendo tasas", apuntó Martín Vauthier, director de EcoGo Consultores. Indicó que tras las medidas anunciadas el viernes pasado "quedaba la duda de si la recuperación de la política monetaria por parte del Banco Central era transitoria o permanente. El anuncio puede tener la intención de dar la señal de que la consolidación es permanente. Más que para aumentar el poder de fuego, que nunca es suficiente por sí solo, creo que el anuncio de negociaciones con el FMI tiene como objetivo último sumarlo como "garante" de la credibilidad frente a los mercados".

Para Dante Sica, director de abeceb.com, "recurrir al FMI siempre fue una restricción más política que económica, porque es el lugar más barato para financiarse. Esta es una señal que calma al mercado, aunque seguirá habiendo volatilidad. Especialmente porque se viene una semana importante con el vencimiento de las Lebac," en referencia a los $680.000 millones que vencen el próximo martes.

-Hasta ahora el FMI tuvo una mirada positiva sobre el gradualismo. ¿Mantendrá la misma mirada cuando pase de observador a prestamista?

"En el último informe del FMI sobre Argentina no hubo casi ningún comentario adverso sobre la política económica. Hubo una mirada satisfactoria", dijo Sica. "Y cambió también la mirada respecto de los préstamos que el organismo viene dando. En los 90 eran muy poco flexibles, tenían un mismo formato que todos los países tenían que copiar y eso los llevó a un fracaso rotundo. Por eso hicieron una revisión, y ahora hacen hincapié en observar las condiciones políticas, sociales y económicas del país en el que actúen.

En disonancia, Martín Alfie, economista jefe de Radar Consultora sostuvo que "la vuelta al FMI es una malísima señal, política y económicamente. Expone las debilidades, implica condicionalidades y hace que el reloj corra más rápido. No creo que esta historia termine bien".