Luego de sucesivos meses con aportes hídricos insignificantes, las condiciones climáticas lucen más beneficiosas para el inicio de la campaña fina. En las últimas tres semanas se instaló un frente de lluvias generalizado que cubrió prácticamente la totalidad del territorio agrícola. Así se abrió paso a la recomposición de perfiles con un aumento de las reservas en los suelos, previamente deteriorados por la sequía.

Las mejoras más notorias se reflejaron en centro – sur de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y gran parte de Buenos Aires. En tanto, en regiones de La Pampa y sudoeste de Buenos Aires, los almacenajes permanecen en niveles de escasos a regulares.

Más allá de un esquema apropiado de rotación en los campos, el habitual combate de malezas y demás cuestiones agronómicas, el hecho de haber atravesado una campaña gruesa con resultados adversos y márgenes negativos posiciona al productor en una situación financiera algo más delicada. Es así como se suma un factor extra a la siembra fina que permite obtener liquidez y recursos adicionales en diciembre.

La posibilidad de realizar coberturas a 200 U$S/tn y asegurar márgenes atractivos es otro de los factores que promueve la siembra del cereal. El incremento en la relación insumo – producto podría incentivar mayores aplicaciones de fertilizantes y elevar la proporción de grano de calidad. En la rueda precedente los precios a cosecha treparon un 3% y marcaron el máximo desde que comenzó a operarse el contrato Ene-19 en MAT. En el término de un mes, las subas superaron el 6% en un contexto internacional favorable.

Una estrategia a tener en cuenta es seleccionar pisos de ventas, siendo el put sintético una herramienta que combina la venta de un futuro empalmada con la compra un call. El resultado más bajo que plantea esta estrategia es de 193 U$S/tn y a partir de que el precio del futuro supera al strike del call, como puede ser a 203 U$S/tn acompaña la suba, pagando la diferencia entre el valor del futuro en el mercado y 203 U$S/tn que es precio de ejercicio de la opción de compra.

Si analizamos la presente campaña, el mercado consolida ganancias sostenidas en los diferentes plazos de entrega. El farmer selling ha mostrado un comportamiento más acelerado de lo habitual, con una exportación más activa frente a las crecientes necesidades de Brasil y la apertura de nuevos mercados destacándose importadores del norte de África y sudeste de Asia. Paulatinamente el cereal argentino logró retornar a la plaza internacional con valores FOB competitivos y corre con la ventaja de disponer con más de la mitad de la cosecha a comienzos de año.

Los productores dosifican sus ventas implicando una oferta más retraída en el segmento físico. Actualmente existen alrededor de 5,40 mill.tn. de stocks de trigo sin comercializar, es decir, un 13% inferior al registrado un año atrás. Más allá de cómo vaya canalizándose al circuito comercial de aquí en adelante, es la disponibilidad de grano hasta mediados de noviembre, momento en que ingresa la cosecha de las provincias norteñas.

El mercado refleja este panorama a través del pase de cosecha que actualmente casi cuadruplica al del año pasado. Si medimos el spread existente entre los contratos de julio a enero, se corrobora un mercado inverso con una brecha que asciende a 57 U$S/tn tomando como referencia las posiciones de Dársena de este viernes.

En caso de disponer de grano almacenado y no tener necesidades financieras inmediatas, diferir la entrega poco más de dos meses se captura un plus de 9 U$S/tn. Tomando los valores disponibles implica un rendimiento anualizado en dólares del 19%. De concretar una operación con vencimiento a septiembre, el plus avanza a 12 U$S/tn devengando una tasa implícita en dólares del 13,7%.

Pasando al frente internacional, la evolución de la siembra y el desarrollo de las variedades de invierno en los países del hemisferio norte atraen las miradas de los operadores. Tal es el caso de EE.UU. que es afectado por el empeoramiento de la sequía en las regiones productoras del trigo duro rojo de invierno (HRW) más precisamente en las Dakotas y en el cordón sur de las planicies.

Los rendimientos potenciales se ven reducidos ante la carencia de agua disponible en las etapas críticas de crecimiento vegetativo. Las últimas lluvias llegaron a destiempo y, según la última publicación NASS de USDA, el 37% de los lotes se califica en malas condiciones, mientras que el 30% ingresa en la categoría de regular. El 33% restante proviene de las áreas más alejadas de las áreas claves que lograron sortear estas dificultades.

En los primeros días del mes se llevó adelante un tour con el fin de relevar la situación del cereal. Las conclusiones finales estarían confirmando la cosecha más baja en Kansas desde 1989. Con los rendimientos proyectados, el Consejo de Calidad de Trigo de EE.UU. prevé una producción de 6,62 mill.tn. en el principal estado productor vs. 9,08 mill.tn. que arrojó la campaña anterior. Los mercados estadounidenses (Chicago y Kansas) digirieron estas cifras que, sumados los atrasos en la siembra de primavera, impulsaron las cotizaciones a máximos desde mediados del año pasado.

Por otra parte, las bajas temperaturas en las regiones del valle del Volga en Rusia interrumpen la reanudación del crecimiento de los cultivos de invierno. La permanencia de nieve en determinadas zonas brinda menos tiempo para sembrar cultivos de primavera y, si bien es temprano, podría conducir a una reducción en la superficie. La evolución del clima en estas latitudes será crucial para el mercado.

Para esta semana se espera el reporte de oferta y demanda del USDA, en el que se difundirán las primeras proyecciones de la campaña 2018/19. El mismo será publicado este jueves 10 de mayo.

Por Eugenio Irazuegui; Analista de mercados. Responsable Research en ZENI