Ingresos disminuidos

"Si los ingresos se reducen 28% por efecto de la sequía en un campo medio del sur bonaerense, del resultado final de la empresa es cero", afirmó el consultor Jorge Collinet, en una reciente reunión organizada por la Sociedad Rural Argentina. Esa situación de fuerte descapitalización -que representa a muchos productores de la Argentina- provoca un desacople en la empresa para atender intereses de la deuda, retiros, pagos a proveedores, etc. "Para alcanzar un nuevo equilibrio económico-financiero deberá echarse mano a reservas, venta de activos o nuevo endeudamiento", observó el técnico.

Planificación de actividades

Cualquiera sea el medio empleado para recuperar la salud financiera de la empresa, hacia delante los productores deben operar con extrema cautela. En esa línea de ideas, Collinet sugirió planificar muy bien las actividades por desarrollar en función del margen bruto que ofrece cada una. En ese sentido, recordó que hubo aumentos en los valores de los granos para la campaña 2018/19, que ofrece mejores resultados que los del ciclo anterior. Elegidas las actividades de mayor retorno, habrá que cubrir precios en los mercados a término para asegurar el repago del endeudamiento tomado.

Financiamiento adicional

Las empresas que requieran financiamiento adicional para desarrollar la campaña podrán recurrir a entidades bancarias presentando el plan de siembra con los precios "nuevos", que prometen una rentabilidad interesante para las empresas. De ser posible, habrá que buscar plazos de repago que vayan más allá de un año y con tasas neutras con respecto a la inflación prevista. En el financiamiento no bancario, el técnico resaltó los canjes de granos por insumos. "Comprar fertilizante u otros insumos que muestran precios estabilizados y pagar con granos que aumentaron de valor, resultará buen negocio y además se resta del pedido de fondos frescos que requiere hoy la empresa", apuntó Collinet.

Planeamiento impositivo

La financiación con cheques de pago diferido también reduce las exigencias de liquidez actuales. Por otro lado, los pagos a los contratistas de labores podrían negociarse cancelando una parte al contado y el resto a cosecha, ajustados con el precio de la UTA o del gasoil. Finalmente, en 2018, más que nunca, es importante el planeamiento impositivo. Se debe analizar con el contador lo que hay que pagar como saldo del ejercicio 2017/18 y los anticipos siguientes. En los casos más graves, se puede solicitar la reducción de los anticipos del impuesto a las ganancias justificando muy bien los pedidos.

Por: Carlos Marin Moreno