La reciente apertura de la importación de cerdos desde los Estados Unidos, puso en alerta a unos 2.000 pequeños productores locales de carne porcina, que podrían quedar fuera de carrera con esta medida, según aseguran fuentes del sector.

Ocurre que el costo de producción en la Argentina es prácticamente un 40% más alto que en el país del Norte. Y más elevado aún entre los productores más chicos que tienen un costo de hasta $29 para criar un animal en pie, que luego venderán a $28,60 el kilo. En cambio, la situación es más holgada para los grandes productores (aquellos que tienen más de 500 madres) porque sus costos son menores: entre 22 y $25.

Esta ecuación que muestra la pérdida de rentabilidad en el eslabón más chico de la cadena, es hoy un estigma para unos 38.000 puestos de trabajo directos.

El reclamo fue presentado, entre otros, en una reunión, hace tres días con el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, en la Mesa Nacional de Producción Porcina, que nuclea a todas las instituciones que representan la producción primaria porcina.

Otra preocupación para todos los productores es el ingreso de la carne "estimulada" con ractopamina, un producto que se les da a los animales cuando falta pocos días para la faena, con el objetivo de lograr una mayor musculatura y menor cantidad de grasa. "Otro punto no menor es que la carne importada que ingresa, congelada, muchas veces, se vende como fresca en las góndolas locales. Y no se le explica al consumidor que es para consumo inmediato y que no admite un nuevo freezado", explica Juan Uccelli, titular de la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP)

El resto de los pedidos del sector, se relacionaron con la promoción de esquemas asociativos con líneas de financiamiento blandas; el establecimiento de la igualdad de condiciones de competitividad con los países que exportan carne de cerdo a la Argentina y la creación de un registro de importadores, distribuidores y expendedores de carne importada, además de un control estricto en las formas de comercialización.

En este sentido, el mismo día de la reunión en Agroindustria, se conoció que el gobernador de La Pampa, Carlos Verna, resolvió prohibir el ingreso de carne porcina a la provincia proveniente de los Estados Unidos. El objetivo esgrimido fue "preservar el estatus sanitario de la provincia, por considerar que tal ingreso compromete "las condiciones sanitarias de la producción del territorio pampeano y los futuros mercados".

Hay otras provincias que tienen proyectos para frenar provincialmente el ingreso de cerdos de EE.UU. y para controlar el producto congelado, amparadas en la ley 4238. Ellas son Entre Ríos, Santa fe, Formosa, San Luis; Neuquén, Chubut y Buenos Aires, recordó Uccelli.