Luego de un marzo deficitario en casi toda la región pampeana, salvo el corredor costero de BA, este del NEA y el centro norte de la Mesopotamia, el arranque del mes de abril ha comenzado a dar muestras de mejoras pluviales en sectores que pueden considerarse decisivos para el desarrollo de la fina. El núcleo triguero tributario de Rosario y el sudeste de BA han sumado precipitaciones que a esta altura resultan estratégicas, pero que a la vez deberán ser consolidadas en la segunda quincena del mes. Un retroceso de las lluvias al comportamiento previo comenzaría a estrechar seriamente la capacidad de recuperación de estas zonas con potencial para la fina.

Durante los próximos días y al menos hasta el lunes, el mal tiempo seguirá instalado y progresivamente las lluvias irán ganando continuidad y cobertura, sin que llame la atención el diferencial este oeste del volumen de agua, el cual normalmente comienza a manifestarse en la transición de abril para mayo. En este sentido las áreas mediterráneas que no logren buenas recargas en abril, tendrán pocas oportunidades para la fina.

En el mapa se representan las lluvias hasta las 9hs del 18/04. Hasta el momento el grueso de la oferta de agua ha favorecido a las áreas trigueras principales, sin favorecer demasiado al norte de LP y el sur de CB.

Con la primera quincena de abril cerrada, podríamos concluir a gran escala, que los sectores que sumaron al menos 60 milímetros, llevan un buen paso. Como se puede apreciar el sur de SF, las vecindades del sudoeste entrerriano y la zona central del norte de BA, suman algunos corredores sobre el sudeste de BA, donde esta marca ha sido favorablemente superada. Esto no quiere decir que la demanda hídrica quedó satisfecha en forma generalizada, pero lo que sí se puede asegurar es que a lo largo del semestre cálido que acabamos de pasar, no se había dado una provisión de agua tan extendida y con un piso que puede considerarse satisfactorio. Como vemos, las lluvias no han logrado desplegarse con eficiencia en zonas mediterráneas y, aunque algunas alcanzaron el sur de LP, las mismas quedan lejos de la demanda requerida para revertir la seca de la zona. Lo que de manera tangible se puede concluir a partir de este mapa, es que la franja mediterránea ya ingresa en una zona de probabilidad baja para lograr el volumen de agua necesaria como para abordar la implantación de la fina. Es posible que esta práctica igual deba realizarse como para generar alguna cobertura y eventualmente esperar algunas sorpresas en el comportamiento pluvial. Desde el punto de vista analítico, es difícil pensar en sumar mucha superficie en áreas trigueras del sudoeste de BA y sur de LP. Posiblemente este período de mal tiempo sea una de las últimas oportunidades para sumar con buen volumen.

En el mapa también se aprecia como el NEA se está quedando fuera de la oferta de agua que ahora favorece a la región pampeana. Es posible que las condiciones de altura más estables se hayan ubicado sobre este sector del país, desorganizando los frentes y la producción de lluvias a la hora de la llegada de los mismos. Por lo pronto y de acuerdo a lo que se ve para el mediano plazo, parece definirse una zona relativamente seca en el centro norte de la Mesopotamia. Por cierto, es un área con muchas posibilidades de recuperar terreno pluvial aún durante el mes de mayo.

A partir de estas lluvias, hay zonas que han experimentado una mejora importante en su balance hídrico, al menos en forma superficial. Es decir, lentamente se viene alcanzando el primer objetivo de esta etapa, que sin duda es lograr reservas superficiales aceptables como para que el riesgo de implantación para mediados de mayo se vea disminuido respecto del que se avizoraba desde finales de marzo. La fecha mencionada se refiere al inicio de la campaña de granos finos en el norte de la zona núcleo, está claro que el centro sudeste de BA tiene una ventana de siembra mucho más amplia, lo cual da un margen que a esta altura permite desarrollar estrategias con más calma. Este planteo se fortalece sabiendo que se han sumado más de la mitad de las lluvias de abril al cabo de diez días.

Podemos trabajar sobre la idea de que, meteorológicamente, la seca parece encaminar una solución, pero los perfiles de suelo pueden guardar su señal por el resto del otoño y donde no llovió, o no llueva próximamente, hasta la primavera. Nuevamente las zonas que han ganado superficialmente y mantengan una napa relativamente cercana, casi que se garantizan un buen planteo para la fina.