La fitorremediaciónes la utilización de plantas para eliminar contaminantes del suelo. En esa línea trabaja la especialista en Gestión Ambiental del INTA AMBA, Beatriz Zuamalave, quien aclara que “no es suficiente para restaurar un suelo dañado y retrotraerlo al punto de sanidad inicial, pero colabora en la mitigación de la contaminación de los periurbanos”.

Zumalave trabaja con estas investigaciones en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) donde conviven más de 14 millones de habitantes, la urbanización más extensa del país: “A este crecimiento desordenado y tentacular del AMBA hay que agregarle la presión ejercida sobre los suelos periurbanos: inmediaciones urbanas, territorios de borde, áreas sin límites precisos entre lo urbano y lo rural que satisfacen el 30% de la demanda de alimentos frescos”.

La especialista del INTA AMBA insiste en la necesidad de avanzar en la fitorremediación ya que “si la aptitud de los suelos no es la adecuada para producir de manera intensiva, la calidad de los productos se verá afectada” y agrega que “en todos los casos esos suelos requieren de enmiendas y todo tipo de insumos químicos aumentando su fragilidad superando la capacidad de depuración dañando el medio ambiente hasta umbrales difíciles de revertir, en algunos casos”.

Para llevar adelante la fitorremediación existen especies con una alta capacidad de acumulación y se las conoce como especies hiperacumuladoras: Este tipo de plantas tienen características muy precisas: una gran tolerancia a ese tóxico a remover, que la acumulación se produzca en la parte aérea y que presenten un rápido crecimiento, según investigaciones citadas por Zumalave.

En esta línea de favorecer y brindar respuestas a estas necesidades crecientes- producción- inclusión-cuidado del medio ambiente, el INTA AMBA, a través del Área de Medio Ambiente, colabora con gestiones tendientes a reducir la contaminación ambiental, tutelar los servicios ecosistémicos asociados y la preservación de los recursos naturales.

Entre las múltiples acciones que realiza el INTA AMBA está la remediación de suelos contaminados: la suma de estrategias para dar remedio a un sitio contaminado y restaurar las propiedades deterioradas. Para esto se utiliza de manera combinada hortalizas de hoja, compost, especies adaptadas, árboles, organoponia y geomembranas para remediar suelos periurbanos. También se ha comprobado que es factible realizar producciones hortícolas en suelos contaminados utilizando las herramientas descriptas.

Beatriz Zumalave puntualiza que “entre otras herramientas estratégicas trabajamos desde la agroecología como práctica de producción sustentable, recomendaciones en relación el ordenamiento territorial y el manejo de cuencas, sustitución de agroquímicos, uso del compostaje, y manejo de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos y agroindustriales”.

Remediación

Puntualmente para definir remediación la técnica cita a los autores Lavado y Zubillaga quienes la describen como “un conjunto de actividades tendientes a reducir la presencia de materiales o residuos peligrosos en suelos o sitios contaminados”.

“No obstante, también conviven con la situación descripta, intersticios, suelos ociosos que podrían ser productivos, pero al encontrarse en situaciones de diferente gradiente de vulnerabilidad no son aprovechados. Por esta misma razón son ocupados de manera irregular por sectores desprotegidos agravando los problemas ambientales y sociales”, suma la especialista en Gestión Ambiental.

Así Beatriz Zumalave indica que “la necesidad de contar con suelos aptos para que las actividades productivas en el periurbano del AMBA puedan dar respuesta a la demanda creciente de alimentos confiables exige una mirada certera acerca de la situación que atraviesan las producciones, las prácticas que en ellas se realizan y la calidad de los productos que se obtienen”.

“La salud está en jaque -precisa la técnica del INTA AMBA- y es preciso implementar tecnologías tendientes a solucionar la silenciosa exposición a la que está sometida la población en particular y en ambiente en general”.

La especialista concluye que “existe el sustento teórico y el despliegue de tecnologías apropiadas y disponibles para asegurar que es posible cultivar en suelos contaminados y colaborar en la gestión de recuperación de suelos degradados a través de la mirada conjunta entre expertos, investigadores, la comunidad en su conjunto y los decisores locales”.