A medida que avanza la cosecha de soja de primera en el centro norte santafesino se va definiendo el impacto que tendrá la sequía sobre le cultivo. Con rendimientos variables y heterogéneos, el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la Bolsa de Comercio de Santa Fe calculó una reducción del 17 % en el rinde promedio del área, que fluctuaría entre 29 y 29,5 qq/ha, reduciéndose de 6 a 6,5 qq/ha comparados con la campaña anterior, cuando había sido de 35,5 qq/ha. Aunque si la comparación se hace con la campaña 2015/16, cuando la media para la región fue de 24,5 qq/ha, el resultado de la actual sería 5 quintales (o 20%) superior.

El reporte indicó que durante la última semana el proceso de cosecha en once de los doce departamentos presentó muy buen ritmo y avance, hasta que las condiciones ambientales cambiaron por inestabilidad y precipitaciones que se produjeron en toda el área, con altos porcentajes de humedad ambiente incidiendo directamente en el ritmo de recolección, lográndose un grado de avance del orden del 34 %, representando aproximadamente unas 306.000 ha.

Los rindes fueron: a) en los departamentos del norte del área los rendimientos promedios obtenidos fluctuaron entre 10 y 20 qq/ha; b) en los departamentos del centro del área de estudio, variaron entre 20 y 35 qq/ha, con lotes puntuales de 40 - 45 y 53 qq/ha, y c) en los departamentos del sur del área de estudio oscilaron entre 38 y 45 qq/ha, con lotes puntuales de 60 qq/ha.

Los rindes de indiferencia, según zonas en función del precio promedio de los granos en Rosario, indican que en los departamentos del norte con un rendimiento de 20qq/ha el margen es positivo tanto en campo propio como alquilado. Aunque en el segundo caso con un margen de apenas 80 kilos por hectárea (equivalente a $ 519,60). Sin embargo en el sur, donde las tierras son de mejor calidad, el peso de los alquileres hace que con 30qq/ha el productor pierda 5,5qq/ha ($ 3.575).

Las características enunciadas como la presencia de granos verdes, fue disminuyendo a bajos porcentajes y el tamaño de los granos más pequeños varió mucho en diferentes lugares y en los distintos departamentos, incidiendo directamente en el peso y luego en el rendimiento.

De segunda

Las precipitaciones e inestabilidad en la semana llegaron tarde a muy tarde para el ciclo del cultivo y sus necesidades de disponibilidad de agua para su desarrollo y crecimiento normal.

Los síntomas e indicadores como lo fueron: poco desarrollo de estructuras y stand de plantas, bajas alturas, entresurcos no cerrados, amarillamiento de hojas basales, no uniformidad de lotes (desparejos) y mortandad de plantas, fueron irreversibles, por lo cual un 80 % del área sembrada presentó diferentes grados de afectación, situación que redundaría en el deterioro de los cultivares y se verían reflejados en los resultados finales.

Fuente: El litoral de Santa Fe