Fue demasiado tarde para la soja y fue demasiado tarde para el maíz, pero las lluvias de este fin de semana en buena parte del área agrícola central parecen haber puesto un punto final a la sequía y abren la expectativa de una recomposición de la humedad de los suelos indispensable para pensar en la próxima campaña.

Es que en menos de un mes arrancan las tareas fuerte de la siembra de trigo y hasta la semana pasada la preocupación de productores, operadores y funcionarios estaba dada en una posible prolongación de la ya extensa sequía para este otoño que complicara a uno de los cultivos que más creció en los últimos años, de la mano de la quita de retenciones y de trabas para la ventas al exterior.

Luego de cuatro meses de sequía ininterrumpida, los suelos del área núcleo agrícola requieren que en abril llueva lo suficiente como para hacer una reserva de 140 milímetros. Durante la semana santa, se produjeron lluvias dispares de entre 20 y 40 milímetros. Este fin de semana, por los comentarios de productores esas marcas fueron pisos y hubo lugares donde se acumuló hasta 100 milímetros.

Resulta clave el régimen de lluvias para la próxima campaña. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se puso de relieve la diferencia entre lo que fue la siembra de trigo 2017/18, cuando tras muchas lluvias que derivaron en inundaciones, hubo excesos hídricos en diversas zonas, y con zonas anegadas que limitar la intención de siembra triguera de las 5,6 millones de hectáreas iniciales, a 5,43 millones de hectáreas finales. "El rinde promedio terminó arrojando un récord de 33,4 quintales por hectárea, lo que arrojó una producción de trigo de 17,5 millones de toneladas, según la Guía Estratégica del Agro (GEA).

Para este ciclo 18/19, los suelos necesitan de agua antes de ser sembrados, resaltó la entidad. "Si la humedad del suelo se recupera y, considerando los precios a cosecha, podría darse un aumento del área sembrada respecto al año pasado, cercano a lo que se pensaba a sembrar antes de los anegamientos de 2017. Todo depende del clima", señalaron.

Lo cierto es que las lluvias de las últimas 72 horas en buena parte de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba mejoraron los ánimos. Con lluvias registradas en gran parte de la zona agrícola, pronosticadores consideraron que llegó el fin de la sequía, aunque todavía resta que los suelos recuperen reservas de humedad.

Así, como a principios de marzo productores de Entre Ríos y Santa Fe cosecharon sus cultivos ya irrecuperables para hacer fardos, algunos criadores dejaron ingresar en estos días a sus animales a pastorear en los lotes de maíz dañado por el clima seco y cálido. "La lluvia llegó tarde, sí. Y el maíz que no fue cosecha18 será carne19. El agro, la industria circular", twitteó la productora Laura Hernández, de la localidad bonaerense de Bolivar.

Precio récord para la soja

Las precipitaciones frenaron las labores de cosecha gruesa, dañada por la extensa sequía, y que repercutirá en una disminución de 34% interanual en la recolección de la oleaginosa, para la que ahora se espera 38 millones de toneladas.

Así el contrato mayo18 de la soja en el Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA) marcó un máximo histórico: 319,5 la tonelada, tras ganar 2% en medio de la necesidad de los compradores habituales y de los repuntes en las cotizaciones sudamericanas para la soja luego de que el poroto norteamericano quedó en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.