Todos los jueves, a las 15, desde principios de febrero pasado la web de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se satura. ¿Regalan entradas para un recital? No: a falta de estimaciones del Gobierno sobre el impacto de la sequía en las cosechas de soja y de maíz, la página de Internet de esa entidad se llena de visitas de actores del mercado queriendo saber sus proyecciones.

En septiembre pasado, la Bolsa de Cereales porteña proyectó, antes de la siembra de soja, una cosecha de 54 millones de toneladas. Desde febrero, como en un tobogán la entidad viene bajando la previsión sobre la recolección. Ahora espera, avanzada la cosecha en un 8,5% del área, 39,5 millones de toneladas, lo que sería la menor cosecha en los últimos diez años. La causa: la sequía.

La Bolsa de Comercio de Rosario aguarda por su parte una cosecha de 40,07 millones de toneladas. También hay estimaciones de consultoras privadas, como Agritrend, que prevé entre 37 y 38 millones de toneladas en soja y de 32 a 33 millones de toneladas en el caso del maíz.

Mientras los números del sector privado están disponibles, el Ministerio de Agroindustria todavía no dio una sola cifra sobre pérdidas por la sequía. En su último informe mensual, conocido el 22 de marzo pasado, en el casillero de producción solo se consigna una simple raya, señal de que no da datos.

No es la primera vez que ocurre. Ya en la campaña pasada, para la misma época, cuando en Agroindustria estaba Ricardo Buryaile, tampoco habían sido publicadas cifras de cosechas de soja y de maíz. ¿Por qué hasta ahora no hay previsiones de cosecha del Gobierno?, le preguntó LA NACION al secretario de Agricultura nacional, Guillermo Bernaudo. "Se viene demorando porque hay mucha variabilidad en las zonas", respondió el funcionario. Para Bernaudo, no sólo está la variabilidad en las zonas, sino también "en el tamaño del grano", como otro factor que influye en los resultados para las estimaciones. "Estamos esperando más precisiones", dijo el funcionario, y afirmó que sí habrá una primera estimación el tercer jueves de abril (el 19), con el próximo informe mensual.

Mientras tanto, Bernaudo no quiere dar una cifra concreta, aunque reconoce: "En soja vamos a estar un 20% menos respecto de los valores iniciales". Para el maíz, agrega que por la mala condición de los lotes sembrados más tarde va a ser peor la caída.

Sobre las estimaciones del sector privado, el funcionario señaló: "Ellos pueden hacerlas porque son actores del mercado, parte del sistema". Añadió que "no es una crítica", pero las proyecciones privadas son con "menos precisión".

Sin datos oficiales de cosecha, lo único que viene dando Agroindustria son rindes en su relevamiento semanal.

Por lo pronto, las previsiones privadas se han convertido en fuentes obligadas para las consultas de los actores del mercado.

"El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (en su última proyección calculó 47 millones de toneladas en soja y 36 millones en maíz, volúmenes que podría volver a recortar) y las bolsas de cereales hacen estimaciones, pero oficialmente acá no sabemos dónde estamos parados; es insólito", dijo Gustavo López, de Agritrend.

Según López, como el Gobierno no da datos de pérdidas por la cosecha el mercado directamente no tiene en cuenta, por ahora, lo que se diga oficialmente.

"No tenemos idea sobre por qué no están publicando (las estimaciones de cosecha). Son importantes porque al tener el impacto el productor puede tomar decisiones", expresó Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales porteña, entidad que además de los cálculos de cosecha viene informando la condición de los cultivos.

Las suspicacias sobre la información oficial vienen de arrastre. De hecho, el Gobierno sigue dando, en base a una metodología de sumar grano comercial y para forraje que implementó el gobierno anterior, estimaciones de cosecha de maíz muy por encima de lo que prevén los privados. La cosecha pasada, el Gobierno informó en maíz una producción de 49,5 millones de toneladas, con grano comercial y forraje. Para muchos, un número sobredimensionado cuando los privados pronosticaron 39 millones de toneladas.