PEKÍN.- China respondió a las restricciones del presidente Donald Trump a las importaciones de acero y aluminio con un aumento de aranceles de hasta 25% sobre 128 bienes provenientes de Estados Unidos , entre ellos, carne de cerdo, vino, fruta fresca y seca, por un valor total de 3000 millones de dólares.

Varios mercados del mundo sufrieron ante la perspectiva cada vez más real de una guerra comercial entre las dos mayores economías del planeta. El índice industrial Dow Jones perdía más de 3% ayer en Wall Street, en un mercado golpeado por la caída de tecnológicas como Amazon y el temor a una guerra en el comercio mundial.

El Ministerio de Comercio chino invitó "a revocar las medidas que violan las reglas" de la Organización Mundial de Comercio (OMC).Pekín consideró que estas medidas castigan el principio "de no discriminar en el sistema multilateral de comercio" y que dañan "seriamente" los intereses chinos.

Poco después del anuncio, un editorial en el diario Global Times advirtió que si Estados Unidos había pensado que China no tomaría represalias o que solo tomaría medidas simbólicas, podría "decir adiós a ese error". "Incluso si China y Estados Unidos no han dicho públicamente que están en medio de una guerra comercial, las chispas de tal guerra ya comenzaron a saltar", agregó el diario.

El Ministerio de Comercio de China dijo que suspendía sus obligaciones con la OMC para reducir los aranceles de 120 productos estadounidenses, incluidos frutas y el etanol. Las tarifas de esos productos se incrementarán un 15%. Otros ocho productos, entre ellos la carne de cerdo y la chatarra de aluminio, ahora estarán sujetos a aranceles adicionales de un 25%, dijo el ministerio.

"La suspensión por parte de China de sus concesiones arancelarias es una acción legítima adoptada bajo las normas de la OMC para salvaguardar los intereses chinos", dijo el Ministerio de Finanzas del país.

China impuso los aranceles en medio de una creciente tensión comercial con Washington que sacudió los mercados mundiales la última semana, ya que ha desatado el temor a que una disputa comercial en toda regla entre las dos mayores economías del mundo pueda dañar el crecimiento global.

En respuesta a la decisión china, Washington argumentó que los subsidios de Pekín y el exceso de capacidad estaban detrás de la decisión sobre el acero. "En vez de apuntar a exportaciones comerciales norteamericanas justas, China necesita frenar sus prácticas comerciales desleales, que están dañando la seguridad nacional de Estados Unidos y distorsionan los mercados mundiales", afirmó la vocera de la Casa Blanca, Lindsay Walter, en una declaración.

Trump se prepara, por su parte, para imponer aranceles por más de 60.000 millones de dólares a productos chinos para castigar a Pekín por las acusaciones de que ha usurpado de manera sistemática la propiedad intelectual estadounidense, lo que China niega (ver aparte).

China ha prometido reiteradamente abrir aún más su economía, pero muchas empresas extranjeras siguen quejándose de un trato injusto. Pekín advirtió la semana pasada a Estados Unidos que no abra una caja de Pandora y desencadene un aluvión de prácticas proteccionistas en todo el mundo.

Impacto
Washington excluyó temporariamente a un grupo de países de las tarifas al acero y el aluminio, una medida que benefició a la Argentina, Brasil y México, además de a los miembros de la Unión Europea, Canadá y Australia, pero que dejó fuera a China.

Sin embargo, China tiene un peso casi marginal en las importaciones de acero por parte de Estados Unidos, donde el gigante asiático representa menos de 3% del mercado.

En su respuesta, China se concentró en golpear al sector agrícola y a los bastiones electorales de Trump, pero por el momento ha dejado a salvo productos estratégicos como la soja, en el segmento agrícola, o los aviones de Boeing, en el sector industrial.

En la opinión de Edward Alden, experto en Comercio Internacional para el Consejo de Relaciones Exteriores, las medidas anunciadas "envían un mensaje claro de que China responderá rápidamente a cualquier acción comercial estadounidense". Alden agregó que la respuesta de China es "significativa" porque es el primer país en responder a Washington.

En 2017 China tuvo un superávit comercial sobre Estados Unidos de 275.800 millones de dólares, equivalentes al 65% del total. El déficit estimado por la Oficina del Censo de Washington es de 375.200 millones.