Tal como lo venía recitando en sus nacionalistas discursos, Trump se apega cada vez más al proteccionismo.

Se trata ésta de una doctrina económica, opuesta al librecambismo, tendiente a estimular la producción nacional, en desmedro de la competencia externa. Y se basa en la aplicación de cupos o impuestos a la importación de productos provenientes del exterior.

Obviamente, es común que se apliquen restricciones. Los países utilizan en ocasiones barreras para-arancelarias para proteger a un sector específico. Pero desde la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) la implementación de medidas contra el comercio desleal se rigen bajo parámetros muy precisos.

Como un rayo fulminante, cayó el anuncio del presidente de EE.UU. Donald Trump impondrá un arancel del 25% sobre las importaciones de acero, y un 10%, sobre el aluminio.

Con estas medidas pretendería fortalecer la economía y los empleos de la industria.

El anuncio no es un tema menor pues EE.UU. es el mayor importador de acero. No hay nadie que le haga sombra en el mundo.

Fácil es anunciar algo así. Pero la realidad es más compleja.

En primer lugar la demanda interna de acero no logra ser abastecida con la producción local. Y en segundo lugar, los países productores de acero y aluminio, como Canadá y la Unión Europea se aprestan a imponer represalias.

Los mayores exportadores de acero a EE.UU. son:

1. Canadá (16.7%)
2. Brasil (13.2%)
3. Corea del Sur (9.7%)
4. México (9.4%)
5. Rusia (8.1%)
6. Turquía (5.6%)
7. Japón (4.9%)

Cualquiera de ellos (y los más pequeños exportadores, también) podrán tomar medidas, en represalia a lo que disponga EE.UU.

Detengamos la mirada en aquellos que importan maíz. Los principales del mundo son México, Japón y la Unión Europea. Justamente, éstos son a su vez grandes exportadores de acero a EE.UU.

De hecho, la Unión Europea acaba de informar que considera imponer aranceles a las importaciones de maíz de origen norteamericano como respuesta a la acción del país del norte.

México en la actualidad pasa a ser, junto a Japón, el mayor importador de maíz estadounidense. Y es un gran perjudicado de las medidas de Trump. ¿Se va a quedar así? ¿Sin réplica a la hora de importar maíz?

Como se advierte en el cuadro que sigue, EE.UU. concentra la mayor parte de la oferta global de maíz. Para la economía de este país es vital la exportación del cereal.

Principales exportadores de maíz en el mundo.


Nuevos desafíos se presentan. Y, también, oportunidades.

En suma, nuestro país enfrenta un problema con las políticas de Trump. Pero, simultáneamente, se le presenta una oportunidad de proveer este cereal a nuevos mercados, y susconsecuente mejora de precios.