Al conocer la medida, el gremio de aceiteros dispuso medidas de fuerza en ambos establecimientos de Santa Fe y en la planta de Bahía Blanca. "Estamos en alerta y con paros progresivos hasta que se revierta la decisión", dijo el viernes a El Cronista el delegado aceitero Sergio Diez.

La compañía señaló en un comunicado que "los reemplazos se harán en idénticas condiciones de contratación, es decir como empleados en relación de dependencia y en las mismas zonas geográficas", y que su objetivo "no es la tercerización ni la eliminación de puestos de trabajo, sino el reemplazo de colaboradores por otros con perfiles adecuados para garantizar las operaciones acorde a los nuevos desafíos".

El conflicto empezó en enero cuando 36 empleados que no aceptaron retiros voluntarios quedaron cesantes. Esto originó medidas de fuerza y la intervención de los ministerios de Trabajo de la Nación y de Santa Fe, dictando la conciliación que venció el jueves 15. La reanudación del conflicto podría paralizar la producción en la mayor exportadora de granos y aceite del país a pocas semanas de iniciarse la cosecha gruesa de maíz y soja, y en el marco de paritarias en las que la firma ofrece 15% y el sindicato reclama 23%.

Si bien todos los barcos y camiones con mercadería fueron despachados antes del jueves, "de extenderse el paro, podría haber desabastecimiento", dijeron fuentes del sector.