Comenzó la cosecha gruesa en muy pocos lotes de la región núcleo y los datos de rendimiento que se están logrando muestran el ambiente por el cual transitaron.

El registro pluviométrico de la Estación Experimental INTA Marcos Juárez muestra valores que no generan buenas expectativas de cosecha, con 39 mm en enero y 19 mm en febrero, transformándose en el febrero más seco de los últimos 50 años. Esta lluvia de febrero ocurrió en un arco de superficie muy pequeño, ya que en la mayoría de la zona no se registran lluvias este mes.

Sin embargo, hay casos que no se van a condecir con los rendimientos promedios zonales y nacionales, como el caso de lotes recolectados hace unos días en Laborde con rendimientos de 130 quintales por hectárea para maíz y sojas de 41 quintales por hectárea, que tienen su respuesta en el ambiente que le tocó transitar, no sólo en el agua caída sino principalmente en el agua almacenada en los perfiles edáficos que existía de la acumulación de períodos excesivamente húmedos.

¿A qué se debe esos altos rindes? La explicación de estos muy buenos rindes en secano en una campaña con tan bajo milimitraje comienza por la calidad ambiental al inicio.

El maíz es una planta característica de fotosíntesis C4 típica de los países cálidos y ha desarrollado mecanismos para ahorrar agua en tales condiciones. Tiene, a su vez, un coeficiente hídrico muy bajo de aproximadamente 300 kg de agua por un kg de materia seca producida, pero al desarrollar su ciclo en un arco temporal crítico para la disponibilidad hídrica siempre demanda mucha atención la fecha de siembra elegida y el hibrido en función del año esperado según los pronósticos.

El maíz necesita aproximadamente entre 500 y 600 mm durante su ciclo, lo que equivale a 5000 y 6000 metros cúbicos por hectárea. Si, además, sabemos que los pronósticos son Niña y tenemos aporte de agua subterránea (napa) la decisión correcta en estos tipos de ambientes era sembrar lo más temprano posible materiales de ciclo corto.

No hay un cultivo estival en esta zona que correlacione mejor el agua al inicio y rendimiento, ni hablar cuando encima las condiciones del perfil son optimas hasta llegar a la napa, recordando siempre que "las raíces no crecen buscando agua, sino que crecen con agua".

El maíz generalmente alcanza en 80 días su exploración máxima en longitud radicular, así que en la mayoría de los ambientes con napa que fueron sembrados temprano lograron "colgarse" del suministro de agua subterránea.

La segunda clave de los buenos rindes reportados hasta ahora en maíz está en acompañar esa disponibilidad de agua con nitrógeno. Muchas fertilizaciones nitrogenadas se realizaron temprano y lograron captar las buenas lluvias primaverales para estar disponibles a partir de sexta hoja sin problemas.

En soja la cuestión no escapa a la realidad de que los buenos rindes se escuchan en ambientes con mucha agua almacenada y en siembras de grupos de madurez III en principios-mediados de octubre.

En soja para los períodos de mayor consumo se alcanzan a consumir entre 7 y 8 mm por día. Y dependiendo de su ciclo, fecha de siembra y condiciones climáticas llega a consumir entre 450 mm y 800 mm durante todo su ciclo.

Una planta de grupo de madurez IV y sin restricciones hídricas en nuestra zona alcanza los 520 mm de consumo a los 135 días de su siembra aproximadamente. No es todo lo eficiente que es el maíz para devolver en rendimientos el agua al inicio de su ciclo, dependiendo más de las lluvias durante su ciclo.

Es por eso que, en el sudeste cordobés, sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires la zona había arrancado más o menos pareja, con cultivos de soja de excelente crecimiento y desarrollo que empezaron a sufrir en la medida que las precipitaciones no llegaban o no alcanzaban justo en el período de llenado de granos con consecuentes cierres estomáticos, torcimiento de hojas, muerte prematura, aborto de flores y caídas de vainas.

Si bien las lluvias fueron escasas o nulas, no lo fueron tanto para algunas pequeñas porciones de la zona núcleo, donde recibieron algunos milímetros más principalmente en enero y es donde se están dando y se esperan los mayores rendimientos.

El autor es asesor y jefe del INTA Corral de Bustos

Por: Juan Pablo Ioele