“En menos de 10 años los actuales métodos de producción agrícola en Santa Cruz los veremos en libros. La agricultura va a cambiar por la digitalización y el uso de los satélites y drones será intensivo no solo para filmar tu campo y localizar áreas encharcadas o no aptas para el cultivo, sino también para detectar enfermedades y la calidad de la planta y del suelo. Se viene una revolución tecnológica en el campo”.

Esta proyección, que corresponde a Carlos Saavedra Bruno, se anota como la génesis de Proyecto de Innovación Agrícola (Prina), del que es presidente, un nuevo jugador del mercado semillero, que trae una apuesta de ‘agricultura por ambiente’ que optimiza el manejo eficiente del agua, a través del riego inteligente.

La nueva ola que integra la producción de granos con la tecnología de avanzada, según Saavedra, lo llevó en el último quinquenio a recorrer, junto a su socio Roberto Saavedra Rengifo, propiedades agrícolas y semilleras de Israel, Brasil, Argentina y EEUU para observar la productividad de la semilla. Fue en el último año que decidieron apostar e implementar el know-how de este último país para introducir el riego en la producción de semillas de soya.

Se trata del sistema de pivote central, una tecnología de precisión 100% automatizado que permite eficiencia en el riego de grandes extensiones de forma circular.

“Prina será la primera empresa que pondrá a la venta semilla bajo riego al agricultor soyero en Santa Cruz. No somos la única compañía que va a producir semilla bajo riego. Hay otras firmas que han estado produciendo otro tipo de grano, pero soya no hay ninguna que hubiera producido semilla bajo este sistema”, aseguró Saavedra Bruno.

Dio cuenta de que con el riego se garantiza la humedad en los campos de producción y se da la cantidad necesaria a las plantas de soya para que alcance un mejor llenado de la vaina y se obtenga una semilla de calidad premium.

Un material genético con una germinación arriba del 90% es una semilla que se ubica en esta categoría y es importada de Argentina. En 2017 de este país se internaron al menos 8.000 toneladas. “La semilla que nosotros estamos comenzando a sacar tiene más del 90% de germinación y vigor para que la planta luche contra el estrés. Estas características tendrá nuestra semilla”, apuntó Saavedra.

En la actualidad, la empresa agrícola produce semillas del ‘grano de oro’ con esta tecnología en Santa Mónica, predio ubicado sobre el camino prefectural distante 75 km sobre la brecha 12 Pailón Sur, una zona con suelos altamente fértiles, pero con déficit hídrico.

El área de producción con pivote central abarca 1.000 ha y para asegurar la disponibilidad de agua Prina perforó ocho pozos, cada uno con una profundidad entre 200 y 300 metros. Cada pozo está acoplado al pivote central cuyo alcance lineal ronda los 620 metros.

La empresa estima alcanzar en su primera cosecha una producción de 6.000 toneladas de semillas de soya de las variedades Munasqa y Sem West. Ese volumen esperado de producción empezará a venderse a los agricultores a finales de marzo. La segunda fase del proyecto prevé la ampliación del área agrícola a 2.000 hectáreas en los próximos dos a tres años.

Otro logro relacionado con el salto tecnológico son los resultados obtenidos en la cosecha de los primeros lotes. El rendimiento promedio se duplicó de 2,2 a 4 toneladas de semilla de soya por hectárea y la perspectiva es llegar a seis y siete toneladas por ha.

Prina completa su infraestructura con una planta beneficiadora de granos que incluye silos de almacenamiento, de secado y cámaras. El sistema de riego le permitirá producir tres veces al año. Hará dos siembras de soya y rotará con sorgo. El proyecto demandó una inversión que supera los $us 20 millones. Un banco financió dicho monto.

Saavedra Bruno indicó que el presupuesto incluye el financiamiento de 95 km de red eléctrica para llevar energía a los campos de producción, algo que califica injusto, considerando que hay una falta de compromiso de los tres niveles del Estado para generar condiciones al inversor nacional.

Asimismo manifestó que hay un descuido en el mantenimiento de la vía que conecta Pailón con su propiedad. Pidió a las autoridades poner atención a este tema.

Control y beneficio

Este es un proyecto de altísimo nivel respecto al uso de la tecnología en el agro. “Con riego controlado no dependemos del clima. Eso hace que se puedan dimensionar mucho más los horizontes de la agricultura. Con el riego podemos tener tres campañas de siembra al año porque dominamos el factor climático respecto a las lluvias”, dijo el ingeniero agrónomo de suelo y agua Nilton Camargo.

La tecnología que dispone Prina permite hacer un estudio detallado del suelo para identificar la variabilidad que existe en las áreas de producción. De esas muestras nacen los mapas analíticos donde se identifica cuánto y dónde hay deficiencia o exceso de uno u otro nutriente en el suelo. “De esta manera podemos manejar la fertilidad del suelo”, dijo Camargo.

En criterio del gerente general de Prina, Juan Carlos Paz, el mayor beneficio de la tecnología de avanzada es que se reducen los riesgos en la producción de semillas. “Al tener riego y estar en una zona de baja precipitación minimizamos la probabilidad de que nos caiga lluvia y que la semilla tenga baja calidad. Estamos tratando de asegurar un porcentaje del mercado con una semilla de calidad top cotejada con la importada de Argentina”, dijo.

Aporte al agro
Para el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Marcelo Pantoja, el riego da seguridad de buena productividad. “Toda inversión que aporte al sector es bienvenida y creo que contribuirá a cerrar el déficit de semilleras en el mercado”, apuntó.

Así, Anapo tiene proyectada una planta procesadora de semillas con cámaras de frío. Se montará en Las Barreras, en la ruta entre Warnes y Montero, con una inversión de $us 3,7 a 4 millones.

Zonas productivas con riego

La Gobernación de Santa Cruz, a través de la Secretaría de Desarrollo Productivo, invirtió Bs 109,8 millones en sistemas de riego en 10 proyectos ejecutados en zonas productivas-Comarapa, Vallegrande, Pucará, Moro Moro, San Julián, Camiri y Mairana-. En áreas representan 2.518 hectáreas con riego. Se beneficiaron 1.268 familias.

El riego ahora permite cultivar tres campañas al año e incrementa la productividad.