Más allá de la disparidad que muestran los cultivos de soja, en algunas zonas, debido al déficit hídrico, ya se está hablando de pérdidas de 20% en algunas chacras, pero podrían agravarse si la seca persiste.

Los rendimientos récord histórico de 2.951 kilos por hectárea en la zafra 2016/17 (según la Dirección de Estadísticas Agropecuarias/MGAP), que marcaron una producción global de 3,21 millones de toneladas de la oleaginosa, quedaron atrás, como un año excepcional donde las lluvias oficiaron prácticamente de riego. Hoy la realidad es otra y las sojas de primera ya se jugaron buena parte del partido, mientras que los cultivos de segunda, si llueve, todavía tienen tiempo de recuperar algo más de potencial.

En el norte del país, “todavía estamos con estimaciones de rendimiento promedio por encima de 2.000 kilos por hectárea. No hubo aún una condición importante para la baja de los rendimientos. Recién estamos entrando en la etapa de cuajado de las primeras chauchas, es bastante primario hacer estimaciones ahora”, afirmó a El País_Luis Sinal, gerente de Copagran Paysandú. La empresa maneja un área de 10.000 hectáreas de soja en ese departamento.

“Si la semana que viene tuviéramos una lluvia, como se está anunciando, no es tan grave la situación”, estimó el ejecutivo. Es que al igual que en los departamentos del sur, la situación entre zonas y entre chacras son bien desparejas.

Fue raro este ciclo 2017/18, porque las lluvias afectaron —primero— la implantación del cultivo, luego las chacras tuvieron faltante de agua a principios de enero y ahora, el déficit hídrico está afectando la floración y está generando algún aborto en las primeras chauchas de las plantas.

En Paysandú, las lluvias que se dieron sobre el fin de semana pasado ayudaron a los cultivos que venían más afectados a los que les habían fallado las precipitaciones de mediados de enero. “Eso si se quiere compensó un poquito y emparejó los cultivos”, explicó Sinal, recordando que fueron más hacia el este del departamento y más hacia el norte, pero fueron más negadas sobre la zona del Río Uruguay.

PROBLEMA. A su vez, Carlos Dalmás, técnico independiente que atiende cultivos de Colonia, Soriano, San José y Canelones, también remarcó lo desparejo de las situaciones.

“En todo lo que es Soriano, hasta Carmelo y Palmira, hay pérdidas grandes de potencial, con sojas que presentan algunos manchones que se están secando”, adelantó el especialista.

Según dijo, es precisamente en esas localidades donde “se habla de pérdidas por encima de 20% y en la medida que no llueva las pérdidas van a ser más altas”.

Dalmás aclaró que “si el clima continúa seco por algunos días más, en algunos casos habrá pérdidas totales. Hay situaciones muy complicadas, depende un poco de la zona y dentro de cada zona hay lugares donde llovió mejor que en otros”.

Para el técnico, en realidad , “como que quedaría la semana que viene para recuperar algo en soja de segunda y en las primeras algo pueden recuperar, pero el partido ya está bastante jugado” en cuanto a rendimientos, afirmó Dalmás.

La oleaginosa alcanzó un área de 1,3 millones de hectáreas en este ciclo de cultivos de verano, con un crecimiento importante de las sojas de primera —estarían ocupando un área cercana al millón de hectáreas — y una baja de las áreas de segunda. A nivel de mercado, la falta de lluvias que se vive en Argentina, los recortes que eso genera sobre la producción de soja de ese país, así como la producción alta de Brasil, generan mayor incertidumbre sobre el comercio mundial y hacen subir los valores de la oleaginosa, sacudiendo el mercado.