Y en este recorrido, en primer lugar, se destaca la siembra del cultivo con el perfil del suelo a capacidad de campo en términos de humedad. Esto, como todos sabemos, en nuestra zona donde la producción se realiza en secano, nos garantiza una buena implantación y continuidad del cultivo, quien se independiza de las lluvias hasta prácticamente el momento en que se restablecen las mismas.

Por otro lado, contar con los perfiles llenos también hizo que la superficie implantada no sea superior a la lograda, justamente por encontrarse, al momento de la siembra, muchos lotes anegados o con falta de piso.

Asimismo, cabe resaltar que esta situación de perfil lleno a la siembra no es la natural para nuestra zona, con lo cual podemos estar hablando de campañas excepcionales, donde además contamos con muy pocos eventos de heladas que afectaran el normal desarrollo del cultivo.

Por último, y no menor, tuvimos la ocurrencia desde etapas tempranas de roya amarilla que obligaron, en algunos casos, a realizar dos o tres aplicaciones para su control. En este punto hay que destacar dos cuestiones: en primer lugar el manejo varietal, ya que contamos en la zona con variedades bien caracterizadas por su alto potencial de rendimiento y su comportamiento frente a estas adversidades, pero por otro lado, es de destacar los lotes donde el control químico se realizó siguiendo los parámetros de severidad e incidencia de la enfermedad, lográndose los mejores resultados y los menores impactos de esta enfermedad en el rinde.

Y, finalmente, otra decisión de manejo que hizo la diferencia entre lotes con rendimientos buenos y lotes con rendimientos excepcionalmente buenos fue la fertilización, y aquí debemos recalcar la importancia del muestreo de los lotes para realizar un correcto diagnostico de la situación nutricional de los mismos, en función de los rendimientos objetivos, hacer una correcta aplicación de nutrientes minerales.

Para finalizar, es un deseo que la superficie de trigo continúe en aumento, no por ser un cultivo con innumerables beneficios desde el punto de vista de la sustentabilidad de los suelos, sino porque resulta ser un aliado fundamental a la hora del manejo de malezas de difícil control, situación que en las últimas campañas se ha tornado como la principal cuestión a resolver.

Autor: Alejandra Masino