Soy coordinador técnico de la Comisión de Lechería de CREA. Las pérdidas en la producción de leche durante los meses de calor pueden ser muy altas. Para predecir los momentos en los cuales los animales se ven afectados se ha creado el índice de temperatura y humedad (ITH). Un ITH de 68 es el umbral por encima del cual la producción de leche se ve afectada. Sin embargo, la utilidad de este índice está siendo cuestionada en la Argentina, ya que fue creado en el hemisferio norte para condiciones de galpón y la mayoría de nuestro ganado está al aire libre.

Cuando la vaca se ve expuesta a temperaturas demasiado altas, que superan su umbral de confort, se ponen en marcha diversos mecanismos fisiológicos y comportamentales que intentan disminuir la producción de calor y, a su vez, mitigar el exceso. Por ejemplo, la reducción del consumo de materia seca puede caer hasta un 30%. Además, se producen cambios hormonales que determinan de qué forma es utilizada la energía obtenida del alimento, básicamente destinando menos nutrientes para producir leche.

Otros mecanismos para disipar el calor son el jadeo, la disminución de la actividad, mayor consumo de agua, agrupamiento (los animales tienden a buscar sombra sobre sus cabezas) y aumento de la transpiración.

Las estrategias más comunes para mitigar el estrés calórico están relacionadas con el manejo del ambiente: sombras naturales y artificiales (3,5 a 4,5 m2 por animal), ventilación y aspersión en sala de ordeñe y en zonas de comederos, manejo de los horarios de ordeñe y comidas.

Trabajos recientes realizados en Uruguay han demostrado beneficios del uso de sombras y otras alternativas de manejo contra el estrés calórico en zonas templadas, resultado en aumentos de producción del orden de los 2 a 5 litros/vaca/día, dependiendo del momento de la lactancia. Existen otros beneficios, como una mejor inmunidad, mejores índices de preñez y menor tasa de descarte.

Para el mojado previo al ordeñe la recomendación es combinar ciclos de mojado con ciclos de ventilación forzada. En zonas con alta humedad relativa lo aconsejado es que el tamaño de gota durante la aspersión sea lo suficientemente grande para mojar el animal. Caso contrario se produce el efecto adverso ya que se carga el ambiente con mayor humedad. Otras recomendaciones son evitar mover los animales durante las horas de más calor, atrasar el ordeñe de la tarde, encerrar los animales en lugares con sombra y frescos entre el ordeñe de la mañana y la tarde, y por supuesto, ofrecer siempre agua en forma abundante.

Desde la dieta existen algunos detalles. El uso de dietas frías puede ser una estrategia interesante aunque con resultados contradictorios. Estas dietas se caracterizan por el menor grado de fermentación ruminal, lo cual disminuye el calor de digestión.

El uso de grasas bypass o el menor grado de procesamiento de los granos son alternativas válidas. Otra cuestión a tener en cuenta es ajustar los niveles de potasio de la dieta, ya que gran parte de este nutriente se pierde durante la sudoración. Sin duda, uno de los aspectos más importantes es presentar una dieta consistente en calidad composicional y mezclado homogéneo, tratando de disminuir al máximo la capacidad de selección por parte de los animales. Así, en un trabajo con Gonzalo Tuñón, de INIA La Estanzuela (Uruguay), consideramos clave entender el confort de nuestras vacas antes de que la producción baje.