Desde 2002, el campo aportó por derechos de exportación un total de US$93.863 millones, según datos de la Sociedad Rural Argentina (SRA).


Del total de lo recaudado por el Estado, US$75.971 millones provinieron del complejo sojero. Es decir, el negocio de la soja representó el 80,9% de lo que obtuvo el fisco por las retenciones.

Los derechos al agro reaparecieron en febrero de 2002 en medio de la crisis económica que vivía el país. Primero se fijó una tasa del 10% para el trigo y el maíz y del 13,5% para la soja y el girasol. Luego, en abril subieron a 20% en cereales y 23,5% en oleaginosas. En enero de 2007, el gobierno de Néstor Kirchner subió las alícuotas para la soja al 27,5%. Después, tras las elecciones de ese año, que llevaron a la presidencia a Cristina Kirchner, su esposo se fue del gobierno subiendo los derechos a 25% para el maíz, 28% el trigo, 32% el girasol y 35% la soja.

En marzo de 2008, el ex ministro de Economía, Martín Lousteau, diseñó un esquema de retenciones móviles que movía las tasas de 35 a casi 41%, "alcanzando luego un máximo de 48,7%", según recuerda un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. Ese año, por ese esquema el campo protestó cuatro meses en las rutas hasta que el voto "no positivo" del ex vicepresidente Julio Cobos en el Senado dio por tierra con las retenciones móviles. Después las retenciones bajaron al 23% en trigo y 20% en maíz.

Los derechos de exportación al trigo, el maíz y el girasol, entre otros productos, se eliminaron en diciembre de 2015 cuando asumió el presidente Mauricio Macri. En soja, se redujeron del 35 al 30%. Este mes, en soja comenzó una rebaja mensual del 0,5% hasta diciembre de 2019.