Mientras la siembra de maíz temprano continúa avanzando sobre el norte argentino, la superficie ya implantada transita su ciclo fenológico bajo una condición de cultivo que presenta gran heterogeneidad en función del tipo de ambiente y del volumen de precipitaciones acumuladas durante las últimas semanas.

El progreso de la siembra nacional de maíz temprano alcanzó el 70%. Pero en el NOA y el NEA aún resta por incorporar el 88% y el 93%, respectivamente. En esas regiones, el estado hídrico es regular y se encuentra demorando la siembra por falta de humedad en los primeros centímetros del perfil. De todas maneras, la ventana de óptima para la implantación del cereal se extendería hasta comienzos del mes de febrero, y en el caso de registrar nuevas precipitaciones durante las próximas semanas es de esperar que las labores cobren mayor fluidez.

Desde mediados de noviembre las reservas hídricas comenzaron a disminuir y provocaron un aumento en la condición de humedad entre sequía y regular sobre lotes tempranos que transitan etapas reproductivas.

Según nuestro último informe de Estado y Condición de Cultivos, el 36% del área implantada con el cultivo presenta un estado hídrico regular, mientras que el promedio de las últimas cinco semanas fue del 44 por ciento.

La condición de humedad impactó sobre el desarrollo del cereal implantado, donde el 33% mantiene una condición de cultivo entre malo y regular, la cual registró un incremento de 13 puntos porcentuales en el transcurso del último mes.

La mayor superficie que mantiene esa condición se concentra sobre el centro-norte de Córdoba (83%), centro-norte de Santa Fe (55%), núcleo norte (33%) y centro-este de Entre Ríos (33%), donde las precipitaciones fueron escazas durante el comienzo del verano.

El estado fenológico sobre esas regiones varía entre floración (R1) y comienzo de llenado de grano, donde los requerimientos hídricos son elevados y limitantes para la definición de potencial de rendimiento.

Además, el 64% del maíz temprano implantado en Argentina presenta una condición de cultivo entre buena y normal, que, si bien fue disminuyendo progresivamente durante las últimas semanas como consecuencia del estrés hídrico, continúa registrando rendimientos esperados dentro de los promedios zonales que permiten mantener la proyección de producción para la presente campaña.

Por Gonzalo Hermida -  Coordinador del Panorama Agrícola Semanal del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires