RAFAELA, Santa Fe.- Don Luis Fasoli nació en 1893 en Mandello del Lario, Italia, muy cerca de la frontera con Suiza. Su infancia transcurrió entre espejos de agua en la región de Lombardía, a orillas de lago Lario, también llamado Lago de Como, rodeado de altas y verdes montañas. Visitado por Napoleón Bonaparte y Winston Churchill, algunos llegaron a decir que podría ser el paisaje que eligió Leonardo da Vinci para retratar a espaldas de la Mona Lisa.

Con 19 años, Fasoli llegó junto a su hermano a la Argentina en 1912, y tres años después comenzó a producir artesanalmente salames italianos. Murió en Rafaela en 1956, a los 63 años, pero dejó una empresa en pie: Rafaela Alimentos, que actualmente comercializa fiambres con la marca Lario.

Dos de los bisnietos de aquel hombre que vino de Italia a principios del siglo pasado -Carlos y Luis Lagrutta, presidente y vicepresidente de Rafaela Alimentos, respectivamente- anunciaron la semana pasada una inversión de 50 millones de dólares para construir una nueva planta, de modo de ampliar la capacidad de producción de la que hoy elabora fiambres en esta ciudad santafecina.

La compañía cuenta con casi 90.000 metros cuadrados divididos en dos plantas industriales, una ubicada en Rafaela, que elabora fiambres, y otra en Casilda, que se dedica a la faena vacuna y produce cortes de exportación. Entre las dos emplean a 1200 trabajadores y facturan $ 240 millones por mes, lo que significó casi $ 3000 millones el año pasado.

El establecimiento de Rafaela se dedica a la producción de fiambres Lario con recetas originales italianas, traídas por Fasoli. Allí se elaboran jamón crudo y cocido, bondiola, salchichas cocidas, salame, mortadela y queso, entre otros productos. El 90% de la producción se vende en el interior: 25% en el NEA, 25% en el NOA, 15% en Cuyo y también en Córdoba y Santa Fe. Sólo el 10% se vende en Buenos Aires, asignatura pendiente para los Lagrutta, que quieren llegar a las góndolas del conurbano bonaerense y la Capital Federal, objetivo que aún no pueden lograr porque no pueden abastecer tanta demanda.

La compañía tiene pensado invertir US$ 50 millones en un plan integral a 20-25 años. "En los próximos 10 o 15 años no vamos a ser competitivos en la planta de Rafaela si seguimos trabajando de esta forma", afirmó Carlos Lagrutta. Por eso anunció el proyecto que implica mudar la planta de fiambres Lario a una nueva planta industrial sobre la ruta nacional 34, en Rafaela, para aumentar la producción y satisfacer la mayor demanda.

Para comenzar con la mudanza se hará una primera etapa de inversión de ocho millones de dólares para mejorar la eficiencia, en una obra que comenzará en 2018 y finalizará al año siguiente.

"Estamos obligados a realizar esta inversión porque estamos en el tope de la producción y nuestra marca es muy demandada en el interior. Prácticamente no estamos en Buenos Aires, y si queremos llegar a ese mercado, que representa el 50% de lo que demanda el país en fiambres, tenemos que tener la capacidad de abastecer esa demanda. Hay una oportunidad enorme de crecer que no podemos dejar pasar", explicó Lagrutta.

En Casilda

A 240 kilómetros de la planta de Rafaela, en la planta industrial de Casilda, ubicada en un predio de 20.000 metros cuadrados, 400 trabajadores realizan el procesamiento de carne vacuna enfriada y congelada. Allí se elaboran 1610 toneladas de carne por mes; un 90% de la producción se dirige al consumo interno y un 10%, a la exportación. Por mes se despostan unas 8400 cabezas de ganado.

Los Lagrutta reconocen que deberían exportar mayor cantidad. "El novillo pesado es escaso y caro", admiten en el directorio.

En octubre de este año, se inauguró una obra de US$ 3 millones que reemplazó los carros de desposte en cintas. "En los últimos años el negocio de las exportaciones no fue nada bueno, pero pensamos que esto se va a revertir. No inmediatamente, porque hay un problema en la producción de novillos pesados que es el principal insumo de la industria exportadora de carne vacuna", dijo Carlos Lagrutta.

"Están dadas las circunstancias para que se dé en un par de años. Nos queremos preparar para eso, por eso realizamos la reforma en Casilda", concluyó.

Los números de la empresa

Rafaela Alimentos invertirá US$ 50 millones para mudar la planta de fiambres a una nueva sobre la ruta 34 y así aumentar su producción.

Hoy emplea a 1200 trabajadores y factura $240 millones mensualmente, lo que significó casi 3000 millones en 2016.

El 90% de la producción se vende en el interior: 25% en el NEA, 25% en el NOA, 15% en Cuyo y en Córdoba y Santa Fe. Sólo el 10% se vende en Buenos Aires, cuando ese mercado representa el 50% de lo que demanda el país en fiambres.