La soja ya lleva el 53% de la superficie sembrada, de acuerdo al informe de la Bolsa de Cereales en su Panorama Agrícola Semanal. Falta sembrar el 47% de la superficie total estimada, equivalente a 8,5 millones de hectáreas y estamos entrando a la segunda quincena de diciembre sin pronóstico de lluvias a la vista. En el caso del maíz la siembra llega al 40% y falta sembrar el 60%, equivalente a 3,25 millones de hectáreas. Si bien la siembra de maíz esta adelantada el 6% con respecto a igual fecha del año anterior, también es cierto que en muchas zonas productoras no hay humedad suficiente en los primeros centímetros del perfil para poder sembrar, y esto es válido también para la soja.

En el análisis macro, falta sembrar casi 12 millones de hectáreas entre soja y maíz, y esto debe suceder dentro del mes de diciembre, de ser posible. La semana próxima estaremos ingresando a la segunda quincena del mes y, de no haber lluvias de importancia, quedaran apenas dos semanas para sembrar. Esta situación es extraordinaria y podría llegar a ser un factor letal para el mercado.

Los principales pronósticos a 30 días indican que podrá haber un solo día con lluvias durante diciembre, dependiendo de la zona, y se pronostica algunas lluvias durante la última semana del año, principalmente en el centro de Córdoba y en la zona de Río Cuarto. Con este pronóstico de lluvias, que no son muy generosas en cantidad y cobertura, estaremos ante una situación muy crítica. No está de más decir que estamos en pleno mercado climático, y de no producirse un milagro, estaremos ante una situación inédita para nuestro país. Están en riesgo el 50% de las hectáreas de siembra de los cultivos de verano.

Y este es el principal motivo por el cual los precios del maíz y la soja en el Matba, mantienen su tendencia sostenida. En el caso del maíz disponible esta semana llego al número mágico de 150 US$/t, a pesar que las compras de la exportación, 24,7 millones de toneladas, superan en 1,4 millones de toneladas a las ventas registradas por 23,3 millones. La estrategia de la exportación es comprar todo el maíz físico disponible que le ofrezcan, pues hay un factor de gran incertidumbre que todavía no está definido, la superficie de siembra y, en definitiva, la producción y el saldo exportable.

En el caso de la soja la situación es muy distinta, pues quedan en poder de productores más de 12 millones de toneladas de soja disponible. Tanto la exportación como las aceiteras mantienen cierta dosis de esperanza que el productor tendrá que vender este volumen. La gran incógnita de esta presunción es ¿cuándo las venderá? Como está hoy el mercado, la soja disponible cotiza igual que la soja de la nueva cosecha, esto es 270 US$/t. Un mercado sin carry (suba) y sin inverse (caída) es un indicador de una gran incertidumbre futura.

Finalmente, y aquí va la famosa frase de un mercado climático, de producirse un milagro, esto es lluvias en cantidad y cobertura aceptable que no están pronosticadas, el mercado podría llegar a bajar. Y en el caso opuesto, de continuar la seca, no hay dudas que tendremos por delante uno de los mercados más volátiles y extraordinario de los últimos años, cuyos precios hoy son imposibles de predecir. Mientras todo esto sucede, el productor sigue sentado arriba del maíz y de la soja.