La multinacional Monsanto triplicó en la última campaña su producción de semillas de maíz en el país, lo que demandó una inversión de 3600 millones de pesos. Con esa inversión, que se destinó a infraestructura en su planta de Rojas (provincia de Buenos Aires), para la producción a campo (la firma siembra desde Salta hasta Coronel Suárez) y en campamentos para unos 4000 empleados, la firma pasó de un millón a 3,5 millones de bolsas. Los datos se conocieron ayer durante una reunión de fin de año que la empresa realizó para la prensa.

El 90% de la producción extra de maíz fue para atender el crecimiento de la demanda por parte de los productores. La firma aumentó 40% sus ventas de maíz entre las campañas 2015/2016 y 2016/2017, en tanto que logró que fueran "estables" para el nuevo ciclo, 2017/2018. De US$ 900 millones que factura en la Argentina la firma, el 70% es por semillas y tecnologías y el 30% restante por agroquímicos. El maíz le representa ingresos por unos US$ 500 millones. En este cultivo viene de invertir, además, $ 115 millones en un sistema digital de prescripciones para que el productor mejore la siembra del cereal. Con este programa, en esta campaña va a haber más de 50.000 hectáreas sembradas.

En tanto, Juan Farinati, presidente de Monsanto, destacó el nivel de pago de la tecnología Intacta en soja, resistente a insectos.

Tras el conflicto con los productores por los controles de la empresa en los puertos para detectar su tecnología y reclamar el pago, acaecido en 2016, en la firma remarcan no sólo el funcionamiento del sistema de control Bolsatech, que opera vía el seguimiento del Inase para los análisis en el grano de soja, sino también por el pago por parte de los productores. "El nivel de control (por el Inase) es muy alto y el productor cambió el chip a la hora del pago de la tecnología. Hoy la intención de pago cambió y es muy buena", expresó Farinati.

Expectativa de consenso

Según el ejecutivo, del 100% de la tecnología que se utiliza, el 85% de los productores opta por un pago de manera anticipada o con el control en el grano.

Farinati se mostró expectante por la búsqueda de consenso en una mesa de trabajo que vienen llevando adelante productores y empresas. "Lo importante es un acuerdo, que haya controles, y después puede ser con una ley o una normativa", opinó.

En 2016, en medio de la polémica con el Gobierno y las entidades del agro, Monsanto suspendió el lanzamiento de la soja X-Tend, que incorpora la resistencia al herbicida dicamba.

"¿Van a reactivar el lanzamiento?", le preguntó LA NACION. "Por ahora [esa soja] sigue suspendida y el foco es Intacta. Los próximos dos años van a ser críticos para la toma de decisiones sobre el lanzamiento de nuevas tecnologías", señaló el ejecutivo.