Es curioso, pero ha sido así: la segunda quincena del mes ha mostrado una tendencia al fortalecimiento de los precios.

Los precios ofrecidos de la semana pasada fueron superiores a los de la semana anterior. Algo similar sucedió con los de la plaza de Chicago.

La situación resulta “irregular”. ¿Por qué?

Usualmente, cuando se acerca el ingreso de una cosecha nueva -en este caso, la de EE.UU.- los valores tienden a decrecer.

Sin embargo, parece que está pasando lo contrario.

Se nota una tendencia a la suba, justo al comienzo comercial la nueva cosecha. En síntesis: los valores han operado a un carry, o un alza, entre los niveles del disponible y los de los futuros.

La explicación viene de la demanda, especialmente de China cuya capacidad importadora no decrece. Y aunque su economía, a consecuencia de la acción de su industria procesadora, tiende a la compra de poroto por encima de los subproductos correspondientes.

Otra explicación parece provenir del tipo de cambio. A contrapelo de lo esperado por gran parte de los analistas económicos y de diversos informes, que mantuvieron expectativas de alzas en la tasa de interés de EE.UU, el dólar sigue una senda descendente.

El propio Departamento de Agricultura de EEUU (USDA), en sus proyecciones hasta el año 2026, estima una suave depreciación del dólar hasta ese año.

Además, poco se sabe de un alza en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal. Mucho ruido y pocas nueces….

El gráfico que sigue muestra cómo a lo largo de noviembre se va necesitando cada vez más unidades de dólares para adquirir unidades de euro.

Evolución de la relación dólar-euro


La confianza en el euro continúa, pese a todos los problemas, superando las expectativas, merced cierto optimismo en la actividad industrial, en los servicios y en los consumidores.

Mientras más débil está el dólar, el precio de la soja tiende a la suba. El tema no es menor dada la correlación negativa entre ambos valores; es decir, entre el valor de la soja y el del dólar en el mundo.

En suma vale recordar que, durante los períodos de depreciación del dólar, los precios de las materias primas, como los agrícolas, aumentan. Por ejemplo, durante 2000-2007 y 2010. Y, desde el 2013, cuando esta divisa se fortaleció y los valores de las materias primas tendieron a la baja.

Pero cuidado: nada asegura que este camino siga por mucho tiempo. El problema acá es la impresionante reserva de soja existente en el país.