De ellos, un 30% habrían sido afrontados con fondos propios (alrededor de u$s 3130 millones) mientras que un 70% habría sido con financiamiento de terceros (unos u$s 7320 millones). Así lo estimó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), firmado por Julio Calzada y Juan Ignacio Calivari, que remarcó que entre las fuentes de financiamiento se encuentran principalmente los bancos, corredores, acopios, cooperativas, proveedores de insumos y traders.

En el detalle, se estima que los bancos habrían aportado cerca de u$s 2200 millones, mientras que los corredores, acopios y cooperativas un total de u$s 2300 millones, los proveedores de insumos y traders cerca de u$s 2600 millones, y las mutuales alrededor de u$s 250 millones. "Son datos estimados ante la falta de estadísticas oficiales y privadas", remarcaron, al tiempo que se explica que la inversión promedio se estimó en dólares por hectáreas (u$s/ha) que habrían tenido que afrontar los productores y empresas agropecuarias para pagar costos de explotación como siembra, pulverización e insumos (semillas, fertilizantes y agroquímicos). "Se adoptaron valores promedios de costos ya que no es lo mismo sembrar en el norte argentino que hacerlo en la zona núcleo o en el sudeste bonaerense", afirmaron.

Por ejemplo, en el caso del trigo se estimó una inversión de u$s 265 por hectárea, siendo que tuvo un área sembrada de 5,19 millones de hectáreas. Para el maíz, con un área sembrada similar, se calculó un desembolso de u$s 450 por hectárea, mientras que para la soja una inversión de u$s 295 por hectárea, con un superficie de 19 millones de hectáreas.

"Una de las características que distingue a la actividad agropecuaria de las demás es que es posible conocer el nivel de inversión necesaria pero no cuánto se va a recuperar al efectivizar la cosecha. Dicha incertidumbre opera como factor clave a la hora de gestionar una explotación agrícola y su riesgo, y la misma afecta también al acceso al crédito y al costo de dicho financiamiento necesario para los productores. Este financiamiento posee una multiplicidad de alternativas y fuentes a las que los productores agropecuarios acceden", afirma el informe.

Descontando lo que habría aportado el sistema bancario (con tarjetas para el agro; financiamiento en dólares por forward cedidos; descuento de valores; y otras líneas de crédito), el crédito comercial representaría unos u$s 5124 millones, distribuyéndose entre financiamiento de corredores, acopios y cooperativas; proveedores de insumos y traders (entre las que se encontrarían empresas como AGD, Cargill, Bunge, Louis Dreyfus, entre otras); y financiamiento de mutuales (con operaciones tales como descuento de cheques, préstamos con garantías hipotecarias, entre otras).