La conservación de los recursos genéticos del bosque está ligada a su uso, dado que las comunidades protegen lo que valoran desde un punto de vista económico y cultural. Surge así la domesticación como un procedimiento ancestral generador de materiales genéticos acorde a las necesidades y de tecnologías para su mejor aprovechamiento.

La Ley Nac. 26.331 de ordenamiento territorial de bosques nativos (OTBN) constituye un momento bisagra en la política forestal argentina desde su puesta en vigencia, dado que involucra una serie de consideraciones tendientes a diferenciar productos de alto valor comercial, valorizar las funciones ecosistémicas del bosque, contemplando la conservación y el uso sustentable. En ese marco, se destacan las "zonas amarillas" por ser una categoría intermedia de conservación, con una superficie que supera las 100.000 ha en las "Yungas tucumanas", y porque implica una demanda concreta en cuanto a alternativas productivas, ya que la ley prohíbe el cambio de uso del suelo y el desmonte.

Entre las actividades viables para Tucumán se destaca la restauración productiva con especies nativas de alto valor socioeconómico mediante la técnica de enriquecimiento, principalmente. Ante este escenario, en el 2006, el INTA Famaillá comenzó a trabajar en la domesticación de especies forestales como el Cedro y el Lapacho para el estrato arbóreo.

"Sin embargo, para considerar al ecosistema Yungas de forma integral es importante incorporar especies frutales y ornamentales nativas, de manera de trabajar en el enriquecimiento de toda la estructura vertical de las Yungas tucumanas. Así, se conformó un Grupo Agro-Forestal que incorporó especies nativas frutales, entre las que se encuentra el chilto o tomate de árbol. Esta consociación agroforestal permitiría obtener ingresos anuales anticipados al turno forestal, mejorando la ecuación económica y siendo una propuesta más atractiva para los productores", explicó la Ing. Agr. Norma Medrano del INTA Famaillá.

En este sentido, en articulación con otras instituciones, el INTA viene trabajando en la identificación de poblaciones y rescate de individuos de chilto con potencial de domesticación en las Yungas. También, aborda la caracterización fenotípica y genética y la experimentación de técnicas de manejo en vivero y cultivo, entre las que se destacan la clonación.

Para socializar la información generada hasta el momento y favorecer la articulación interinstitucional, se realizará el 4° Taller Nacional del Chilto el jueves 23 de noviembre en la sede del INTA Famaillá (Ruta Prov. 301, Km. 32), en el horario de 9 a 18 hs. Como antecedente, los primeros 3 talleres fueron organizados por la provincia de Jujuy, con el impulso del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. El objetivo de estos encuentros es reunir a los referentes de la región en la temática para que cuenten los avances en cuanto a investigaciones, uso sustentable, actividad comercial y aspectos productivos; además de conocer nuevos actores y experiencias y nuclear a productores, investigadores, técnicos, estudiantes y gastronómicos para que empiecen a vincularse y trabajar en conjunto.

Esta edición del taller es organizada en conjunto con otras instituciones nacionales y provinciales, sumado a organizaciones de productores del NOA. Se tratarán temas centrales como mercados, calidad y propiedades nutracéuticas; y se compartirán experiencias de cultivo en el NOA. También, se expondrán productos derivados del chilto para la degustación de los asistentes.

"Este tipo de sistema agroforestal constituye una alternativa factible, tanto técnica como económicamente, para nuestras Yungas y es adaptable a todas las escalas socioproductivas, incluso para las empresas cañeras y citrícolas del pedemonte tucumano, conservando así la identidad local y la presencia en los mercados", destacó Medrano.