El maíz cerró con una baja del 1,4% en la Bolsa de Chicago y acumuló una merma del 3,1% desde la publicación del informe mensual de oferta y demanda del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), el jueves pasado, en el que el organismo elevó de 107,83 a 110,09 quintales por hectárea su previsión sobre el rinde promedio del cereal estadounidense y lo ubicó como nuevo récord histórico.

Al momento de fijar los ajustes de la rueda, las pizarras mostraron quitas de US$ 1,87 y de 1,78 sobre los contratos diciembre y marzo del maíz, cuyos valores quedaron en 132,87 y en 137,98 dólares por tonelada. El registro marcado por la posición más cercana quedó en el nivel más bajo del año y acentuó la debilidad estructural que las cotizaciones del cereal arrastran desde el año anterior, cuando la producción del grano grueso en los Estados Unidos alcanzó un récord histórico, con 384,78 millones de toneladas.

Y, pese a que en el inicio de la actual campaña el mercado apostó por una brusca caída de la producción 2017/2018, a partir de la reducción de casi 2 millones de hectáreas sembradas (el 10 de julio la posición diciembre alcanzó su mayor nivel, en US$ 163,28 por tonelada), los resultados obtenidos tras el paso de las cosechadoras han sorprendido a los operadores. Tan es así que los 370,29 millones de toneladas proyectados el jueves pasado por el USDA resultan la segunda mayor marca histórica para los Estados Unidos. Ayer, el organismo relevó el progreso de la recolección sobre el 83% de la superficie apta.

Así, lejos del esperado recorte de las existencias finales, luego de que la campaña 2016/2017 dejara un remanente de 58,30 millones de toneladas, ahora la previsión del USDA para el cierre del actual ciclo comercial ubica el stock un 8,4% arriba de esa marca, con 63,19 millones de toneladas.

El panorama para el maíz estadounidense lo agravó en las últimas campañas el fuerte crecimiento de las exportaciones de Brasil y de la Argentina. En efecto, entre el ciclo 2015/2016 y las proyecciones del USDA para la temporada agrícola 2017/2018, la participación del cereal brasileño crece un 142,9%, al pasar el saldo exportable de 14 a 34 millones de toneladas, en tanto que la del grano argentino aumenta un 34%, de 21,64 a 29 millones.

Tampoco contribuyen a moderar la oferta de forrajes las sucesivas cosechas récord de soja, que dejan como principal subproducto la harina de soja empleada para la alimentación animal.

En el mercado doméstico, la tónica bajista se reflejó en las pizarras del Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), donde las posiciones diciembre y abril retrocedieron US$ 0,90 y terminaron con ajustes de 139 y de 147 dólares por tonelada. Para el contrato julio, la merma fue de US$ 0,50 y el valor quedó en 142,30 dólares.

En la plaza física, las ofertas de los exportadores se mantuvieron estables para Necochea y para Bahía Blanca, en 2450 y en 2400 pesos por tonelada, pero retrocedieron de 2400 a 2350 pesos para el Gran Rosario.

Por maíz de la próxima cosecha, con entrega en abril sobre el Gran Rosario, los interesados propusieron 141 dólares por tonelada, un dólar menos que el lunes.

Soja en retroceso

Al igual que el maíz, la soja tuvo su segunda rueda bajista consecutiva en la Bolsa de Chicago. Las posiciones enero y marzo resignaron US$ 2,39 y 2,48, mientras que sus ajustes resultaron de 355,59 y de 359,63 dólares por tonelada. En el cierre de la cosecha estadounidense -avanzó sobre el 93% del área apta-, la confirmación de un volumen récord histórico, calculado por el USDA en 120,44 millones de toneladas, y la normalización de la siembra en Brasil son los principales factores adversos para las cotizaciones.

En el nivel local, las fábricas ofrecieron en forma abierta $ 4370 por tonelada de soja para las terminales del Gran Rosario, $ 30 menos que el lunes. En cuanto a la oleaginosa de la nueva cosecha, con entrega en mayo, las propuestas oscilaron de 255 a 258 dólares por tonelada, por debajo de los 260 dólares vigentes en la apertura de la semana y lejos de los 270 dólares esperados por los vendedores.

Las posiciones enero y mayo de la soja en el Matba retrocedieron US$ 1 y 1,50, mientras que sus ajustes fueron de 256 y de 260,30 dólares por tonelada.

La cosecha presiona al trigo

Acerca del trigo argentino, la llegada del grano recolectado en las provincias del Norte sigue deprimiendo los precios, particularmente en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), primer punto de venta. La exportación ofreció $ 2700 por tonelada de cereal para las terminales del Gran Rosario, $ 50 menos. En la semana, el valor del grano fino acumula allí una merma de 100 pesos.

En los puertos del Sur, superadas las necesidades puntuales de un exportador, la demanda ofreció $ 2800 por tonelada de trigo para Necochea, $ 100 menos que el lunes. El mismo valor fue propuesto para Bahía Blanca, pero en ese caso no implicó cambios.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que los molinos ofrecieron entre 2700 y 3100 pesos por tonelada de trigo, según calidad, procedencia y forma de pago.

El trigo con entrega en enero se cotizó a US$ 163 por tonelada para el Gran Rosario y para Bahía Blanca, con quitas de 2 dólares, y a US$ 162 para Necochea, con una merma de 3 dólares. En el Matba, la posición enero se mantuvo estable, en 159 dólares por tonelada.

Tras las importantes bajas del lunes, el trigo estadounidense evidenció un repunte en Chicago, donde las posiciones diciembre y marzo sumaron US$ 1,37 y 0,73, al cerrar con ajustes de 157,26 y de 163,60 dólares. En Kansas, los mismos contratos registraron mejoras menos relevantes, de US$ 0,18 y de 0,36, y ajustes de 157,26 y de 163,60 dólares por tonelada.