El Laboratorio CDV, empresa argentina que integra un holding de capitales europeos, inaugurará en diciembre una planta de vacunas contra la aftosa en el Parque Industrial Pilar, Buenos Aires. La unidad, que implicó una inversión de USD 35 millones, hará posible que el país cuente con un nuevo actor en este mercado, con tecnología BHK, la más moderna del mundo. Su Gerente General, Juan Roo, reveló a Valor Carne las razones que motivaron esta apuesta fuerte a la ganadería argentina.

“A mediados de 2015, empezamos con el proyecto de la planta antiaftosa, pero recién fue aprobado por el directorio a fin de año, cuando ganó Macri. El cambio de gobierno fue decisivo, era una de esas inversiones que estaban esperando nuevos escenarios y entre las más grandes hechas en el país en los últimos años”, dijo Roo, economista con experiencia internacional en industrias de biotecnología.

El Gerente se incorporó al laboratorio en 2009, momento en que fue adquirido por el holding. “Cuando ingresé ya se producía vacuna antiaftosa, habían comenzado tras la crisis sanitaria de 2001, aunque no con una unidad tan moderna como la actual. Esto fue en parte la atracción para la compra. Entonces, presenté un plan para reconvertir todas las líneas de producción, actualizándolas a las últimas tecnologías”, contó el Gerente, con respecto a la estrategia que encaró la empresa para reposicionarse entre las veterinarias líderes de la Argentina.

El primero paso fue invertir USD 7 millones en la planta de vacunas biológicas, como virales, tuberculosis, brucelosis. “Pasamos de 1.600 a casi 4.500 m2 y triplicamos la producción, sin cortar el abastecimiento. La propuesta incluía cerrar la unidad de aftosa, para concentrarnos en el resto; y en algún momento, cuando la operatoria se estabilizara, volver al rubro estrella”, explicó.

Luego, puso en marcha un proyecto muy ambicioso para certificar buenas prácticas de manufactura (GMP). “Al momento, sólo había una planta de biológicos -de procesos muy complejos- que tuviera estas normas a nivel nacional. Lo logramos por primera vez en 2015. Eso significó todo un cambio cultural en la forma de producir, con controles de calidad muy rigurosos y trazabilidad”, subrayó. Con esta fortaleza, comenzaron a planificar el reingreso al mercado de aftosa, tanto para el abastecimiento interno como para exportación.

Nuevo actor

Apenas aprobada la inversión, el Laboratorio CDV compró un predio destinado exclusivamente a esa unidad, de 1,6 hectáreas en el Parque Industrial Pilar y, en marzo de 2016, comenzaron las obras.

“El proyecto inicial implicaba un desembolso de USD 25 millones, incluyendo capital de trabajo, pero luego tuvimos que adaptarnos a las futuras normativas de Brasil y la Argentina. Ahí, la planta pasó de 3.000 a 4.700 m2 y llevó el total a USD 35 millones”, recordó.

Más allá del fuerte nivel de inversión, para Roo la iniciativa se destaca por su aporte a la calidad y seguridad sanitaria.

“Es estratégico para la Argentina contar con una segunda planta proveedora de vacunas antiaftosa, un producto tetravalente, único en el mundo”, aseguró. Y detalló: “la flamante unidad es la más moderna del país, con lo último que existe en equipamiento, prácticamente el 90% está automatizada. Hay poca intervención del hombre en el corazón de los procesos, sólo en controles muy específicos”.

Tiene una capacidad para elaborar 45 millones de dosis al año, de las cuales 10-12 millones se destinarán al mercado local y el resto se exportará a Uruguay, Paraguay, Bolivia y Ecuador. También, se están desarrollando mercados asiáticos, como Corea, Taiwán y Singapur, donde se emplea la misma vacuna para cerdos; y Sudáfrica, entre otros.

¿Participación a nivel local? “El mercado argentino es de 90 millones de dosis y el Laboratorio CDV aspira a lograr un 15%. Después apuntaremos a crecer a medida que el stock ganadero avance. Está prevista una expansión de 700 mil a 1 millón de cabezas por año, esperamos que así sea”, anticipó.

El especialista destacó que es muy bueno para todos que haya competencia. “Creo que los distintos actores del sector veterinario podríamos potenciarnos para que se vacune más, no contra la aftosa, que es obligatorio, pero sí contra otras enfermedades, en las que existe un gran déficit de inmunización. Para ello, se trabaja desde la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove) con el productor y su veterinario”.

¿Cuándo empezarán a producir? “La primera semana de diciembre tendremos la inspección de habilitación del Senasa, que es muy exhaustiva, y, si todo está bien, nos entregarán el virus. Entonces, a mediados de ese mes comenzaremos a operar y calculamos que en enero estaremos en plena producción. Ya contratamos 40 personas y sumaremos diez más”, adelantó. En ese sentido, aclaró que “este no es el total del personal, ya que en la otra unidad, también en Pilar, trabajan 120 personas y hay sinergias en áreas comerciales y finanzas, entre otras. Seremos una industria con 200 empleados directos”.

Para finalizar, Roo resaltó la visión de la empresa de contribuir al enorme potencial de crecimiento que tiene la producción argentina de carne. “Hemos hecho una inversión muy grande, sobre todo en el contexto que estaba el país. Nuestro compromiso es acompañar al productor y al veterinario, trabajamos para ellos. La idea es hacer una inauguración oficial invitando a toda la comunidad ganadera y al propio Presidente Macri, ojalá puedan venir”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne