En estos momentos los productores tienen en su poder y sin vender, en existencia física y entregadas a fijar, 33,6 millones de toneladas entre los tres principales cultivos: soja, maíz y trigo, por un valor de mercado estimado al día de hoy de US$11.600 millones. La soja es el principal producto de reserva de valor en los bolsillos de los productores, con 25,4 millones toneladas; le siguen 6,1 millones de maíz y 2 millones de toneladas de trigo.

El Gobierno especula y cuenta con que estos US$11.600 millones serán vendidos por los productores y que los exportadores liquidaran las respectivas divisas, antes del ingreso de la nueva cosecha a partir del comienzo del año comercial en marzo 2018. Pero hay algunos factores, la mayoría de índole interna, que van a conspirar contra un normal ritmo de ventas de los productores y contra un consecuente normal ritmo de liquidación de las divisas por parte de la exportación.


Resultado de focus groups realizados en reuniones en el interior, muchos productores han argumentado su decisión de no vender hasta ver qué sucede en las elecciones de hoy, 22 de octubre, como si dicho acontecimiento tuviera algún impacto directo sobre los precios y el mercado. Otro importante grupo de productores argumenta que el dólar está atrasado, las tasas están muy elevadas, y expresan en cierta forma el temor a una posible devaluación después de las elecciones.

Y hay un tercer factor que tiene que ver con lo anunciado por el Gobierno de reducir las retenciones a la soja a un ritmo del 0,5% mensual a partir del 1º de enero del 2018. Si el Gobierno busca con esta medida complicar el mercado, distorsionar los precios de paridad domestica versus exportación, influir en una errática liquidación de divisas y generar una gran dosis de incertidumbre, con esta dosificación homeopática de reducción de las retenciones lo va a lograr. El gradualismo puede ser de utilidad cuando se aplica a la suba de tarifas, y el ciudadano debe enfrentar un aumento gradual en el costo de sus servicios, agua, luz, o gas. Pero decirle a un productor, cada mes que pase a partir del 1º de enero 2018, las retenciones a la exportación de la soja tendrán una disminución del 0,5% mensual, que además no implica necesariamente que el precio de la soja tenga que aumentar en ese porcentaje, contra lo que el productor supone, es darle la chance a que el productor retenga con mucha mayor firmeza la venta de su soja. En el balance, esta medida gradual terminará por complicar la normal operatoria de ventas por parte de los productores. El riesgo es que los productores se dejen llevar por el canto de la sirena, el 0,5% de reducción mensual en las retenciones, y al retener y no vender esperando un precio mayor, la baja del mercado los puede pasar por arriba perdiendo la supuesta ganancia de dicha reducción.


Lo más sensato y razonable es que el Gobierno anuncie que a partir del 1º de enero elimina el 5% de las retenciones a la soja de una sola vez , dando de esta forma mayor certidumbre a los operadores del mercado y permitiendo un normal ritmo de ventas al productor y liquidación de divisas al exportador.

Hemos analizado dos hipótesis de liquidación de divisas en el periodo, noviembre 2017 a marzo 2018 en función de dos situaciones: 1) Una es la hipótesis actual (A) con la reducción gradual del 0,5% en las retenciones a la soja desde el 1º de enero de 2018, anunciada por el Gobierno, y 2) La otra es una hipótesis teórica (B) totalmente contraria a la política del Gobierno, reduciendo el 5% de las retenciones de una sola vez a partir del 1º de enero.

En la hipótesis actual (A), la liquidación de divisas en el periodo noviembre 2017-marzo2018 se proyecta que podrá llegar a US$7,490 millones, el 64% del potencial de divisas totales que se podrían liquidar (ver infografía). Los productores se quedaran con US$4.136 millones esperando que el reloj haga correr los días y meses.

En la hipótesis teórica (B), nueva propuesta para que el Gobierno pueda evaluar, que reduzca las retenciones en el 5% de una sola vez, la venta de los productores (liquidación consecuente de las divisas) se proyecta en US$10,969 millones, el 94% del potencial de divisas a liquidar.

Disyuntiva para el Gobierno, sacrificar ingreso de divisas actuales por un mayor ingreso gradual en el futuro, o priorizar los dólares que ingresaran en el primer trimestre del 2018 sacrificando menores ingresos durante todo el 2018.