María Eugenia Vidal se tomó unos segundos; dos, a lo sumo tres. Y preparó el escenario para que no hubiera dudas de lo que representó el triunfo de Cambiemos. "¡Seguimos haciendo historia en la provincia de Buenos Aires!", exclamó ante un auditorio que explotó.

No fue candidata, pero fue la gran ganadora. Vidal, la máxima protagonista de Cambiemos en la campaña, se terminó de consolidar como una de las figuras de mayor peso en la estructura de poder del macrismo, lugar que comparte con el jefe de Gabinete, Marcos Peña , y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta . Con el éxito de ayer, Vidal ratificó su posición como una aspirante natural a suceder a su jefe político, el presidente Mauricio Macri .

Fue un discurso medido, en el que les habló a los votantes propios, pero también se dirigió a los que eligieron a la oposición. La gobernadora llamó a superar la grieta. Las 2000 personas que la escuchaban se entusiasmaron. "No vuelven más...", comenzaron a entonar cuando Vidal levantó la mano y movió la cabeza. "¡No!", los cortó. "Es una noche para unirnos, no para seguir dividiendo. Su voz vale igual", agregó.

Con Esteban Bullrich como cabeza de lista, Cambiemos superó la marca de Vidal en octubre de 2015. Ése era el objetivo. Fue un punto más que hace dos años, pero sumaron 6% más que hace tan sólo dos meses. El plan de Cambiemos funcionó a la perfección.

"Mañana [por hoy], las máquinas van a seguir trabajando", sostuvo Vidal. La obra pública, fundamental para la remontada desde agosto, será una prioridad para los dos años de mandato que le quedan.

Fue la penúltima en llegar a Costa Salguero, sólo Macri se demoró unos minutos más. La gobernadora arribó al búnker a las 22.32; en la puerta la esperaba su mano derecha, el jefe de gabinete bonaerense, Federico Salvai. "Está feliz, fue muy fuerte para ella. ¡Es histórico!", dijo uno de sus hombres de confianza.

Durante todo el día estuvo en constante comunicación con Salvai y su secretario de Medios, Mariano Mohadeb. Vidal se esforzó por llevar la máxima normalidad. Almorzó con sus padres en Haedo, en la casa donde terminó sus estudios de politóloga. Pero su padre la sorprendió: no hubo asado, sino pastas, que además compartió con sus hijos, María José, Camila y Pedro. Desde el gobierno bonaerense comenzó una nueva etapa. "Es el momento de hacer el doble y ser muy humildes", dijo Salvai a LA NACION.

Bajar el exitismo que despertó en el equipo de campaña bonaerense es uno de los objetivos en los que trabajará Vidal. "Hoy aprendimos que no hay un salvador, atajos ni caminos fáciles. Pero también aprendimos que juntos los bonaerenses hacemos un equipo imparable", fue un mensaje para el kirchnerismo, pero también para su tropa.