El viernes pasado, tres días después de que su ministro de Agricultura anunciara públicamente que Brasil bajaba la cortina a las exportaciones de leche uruguaya, el presidente norteño, Michel Temer, levantó el teléfono para hablar con su par, Tabaré Vázquez. Según lo que informó el portal de Presidencia acerca de esa conversación, “Temer le comunicó a Vázquez su compromiso personal de que no habrá inconvenientes en el ingreso de productos lácteos uruguayos a Brasil”. La comunicación oficial añadió que “una delegación técnica brasileña” llegaría a Uruguay el lunes, para “dialogar con sus pares” del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

Sin embargo, ese encuentro todavía no se dio. En cambio, ayer hubo una “reunión por videoconferencia” entre el subsecretario del MGAP, Enzo Benech, y el secretario de Defensa Agraria del Ministerio de Agricultura norteño, indicó una fuente ministerial. El diálogo —que comenzó a las 14 horas y se extendió por 30 minutos— fue el primer contacto oficial entre jerarcas de estos ministerios tras la charla de los jefes de Estado del viernes. Lo “importante”, dijo el informante, es el “compromiso” que Temer trasladó a Vázquez para destrabar esta situación.

La conversación entre los mandatarios no sirvió aún para que Brasil vuelva a recibir de brazos abiertos estos productos nacionales. “En Aduanas existe la información de que las licencias (de importación) otorgadas hasta el 12 de octubre fueron permitidas, están autorizados los embarques con esa fecha, pero nuevos negocios no se han podido hacer”, dijo ayer el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo de Izaguirre al programa Valor Agregado de Carve.

“Los mismos importadores brasileños se encuentran con esa dificultad de poder realizar negocios o firmar licencias que les permitan traslados de nuestros lácteos”, añadió. De Izaguirre también contó que el Inale confeccionó un informe —que ya facilitó a Cancillería y al MGAP— que detalla por qué es falsa la acusación brasileña de que Uruguay triangula leche. Este es el corazón del inconveniente que se desató días atrás.

Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), Wilson Cabrera, dijo que la situación ha tenido “muchos altibajos” en los últimos días. “El punto más alto fue el viernes de tarde que nos dijeron que estaba todo solucionado por la llamada del presidente brasileño, pero hoy estamos en lo mismo que estábamos la semana pasada, sin la liberalización de licencias”, indicó a El País. Este no es el único problema comercial con Brasil.

Origen

¿Cómo comenzó todo? El martes de la semana pasada el sector lácteo se conmocionó con la noticia de que Brasil había suspendido las licencias de importación de leche “hasta que Uruguay consiga demostrar si el 100% de aquella leche importada de allá es de origen uruguayo”, según explicó el ministro de Agricultura brasileño, Blairo Maggi.

El porqué detrás de esto, se dijo, era que Uruguay triangulaba este producto: colocaba leche en Brasil como uruguaya pero que tenía otro origen.

De todas maneras, este lunes Maggi adoptó otro tono para hablar de la suspensión de las exportaciones uruguayas, y dijo que era temporaria. Además, se mostró partidario de implementar un régimen de cuotas para el ingreso de la leche uruguaya. “No es una medida definitiva y no conseguiremos mantener eso por mucho tiempo, porque si ellos fueran a la Organización Mundial del Comercio o a cualquier organismo internacional tendrán derecho de vender leche a Brasil”, dijo en un evento sobre el sector en Minas Gerais, según consigna Globo Rural. En esa ocasión, reiteró que una delegación visitaría Uruguay en el correr de esta semana.

“El volumen de leche no es tan importante, sí la forma como entra”, agregó Blaggi, quien dijo que la “culpa” no es de Uruguay sino de los importadores brasileños, “porque entran y salen del mercado, derrumbando los precios”.

Una vez conocidas las declaraciones de Maggi de la semana pasada, de este lado de la frontera tanto el gobierno como la industria negaron con firmeza la existencia de esta práctica.

“Es absolutamente insostenible decir que Uruguay triangula leche para venderle a Brasil”, sostuvo el canciller Rodolfo Nin Novoa, en una conferencia de prensa que brindó junto al ministro del MGAP, Tabaré Aguerre, una semana atrás.

Son ocho empresas que exportaron US$ 167:

Según datos aportados por el Instituto Uruguay XXI, son ocho las empresas lácteas involucradas en negocios con Brasil (Conaprole, Pili, Petra S.A., Estancias del Lago, Inlacsa, Calcar, Seglar S.A. y Claldy S.A.) y hasta junio llevaban exportado 49.512.093 kilos netos por un valor FOB de US$ 167,2 millones. El canciller Rodolfo Nin Novoa dijo la semana pasada que “Uruguay vende 100.000 toneladas de leche en polvo entera y descremada por año a Brasil”. En contrapartida, desde el vecino país llegan diversos productos lácteos (como varias marcas de yogur, leche crema, nata, cuajada, kéfir, manteca, queso y requesón) que acumularon en seis meses del año unos US$ 1,3 millones y un volumen neto de 629.692 kilos.

Los problemas en otros sectores y la “traición” brasileña con autopartes.

“Las trabas afectan la confianza, y eso es muy malo para las empresas porque los clientes dicen Uruguay en cualquier momento puede estar sujeto a una traba” de sus socios comerciales, dijo Washington Durán, vicepresidente de la Comisión de Comercio Exterior de la Cámara de Industrias.

En el programa Claves Económicas de NSTV, también se refirió a un conflicto en el sector autopartista: “Se había acordado otorgar a las autopartes originarias de Uruguay trato nacional (para eludir las barreras) y Brasil no cumplió. Tal vez en la negociación había que haber vinculado más fuertemente una cosa con la otra (en referencia a la liberación del comercio automotor entre ambos países, que rige desde 2016). Pero eso fue una traición a la buena fe de los negociadores”. Consideró que en este caso Brasil le está “tomando el pelo” a Uruguay y reveló que en el gobierno se analiza dejar sin efecto el acuerdo del año pasado. Además, Durán contó que existen “dificultades y amenazas de dificultades” para el ingreso en Brasil de algunos productos del rubro plástico, y concluyó que en los únicos sectores que no hay problemas “es donde hay empresas brasileñas con inversiones de un lado y el otro”, como en el caso del arroz y la carne.