Este saldo, cuando es técnico, es decir que surge por la diferencia entre el IVA contenido en las compras y el IVA que se factura con la venta, genera la imposibilidad de poder usarlo para compensar por ejemplo otras obligaciones impositivas, como compensar el saldo a favor de IVA con el saldo a pagar de ganancias. Entonces la empresa, por un lado, tendrá un saldo a favor contra el Estado y, por otro lado, debe abonar el impuesto. Esto obviamente ocasiona inconvenientes financieros.

Esta acumulación de saldos a favor de la empresa sólo podrá usarse en el futuro contra el propio impuesto de IVA.

Pero existen algunas alternativas a través de actividades conexas a la principal del campo para atenuar este saldo. Incluso, en algunas ocasiones puede llegar a quedar neutralizado.

Esto conlleva un doble esfuerzo al productor, porque deberá pensar y actuar en otras actividades secundarias (por ejemplo, desarrollar el servicio de fletes). Para ello deberá analizar cuánto le representa en dinero inmediato y compararlo con el esfuerzo del desarrollo de una tarea que no venía realizando y, en el caso de revestir la condición de liquidación mensual y pago de IVA anual, el costo financiero de perder la misma debido a que ya no tendrá actividad únicamente agropecuaria.

Otro caso distinto es la de venta de cerdo, ya que desarrollándola no perderá su condición de actividad netamente agropecuaria y facturará sus ventas con el 21% de IVA, lo cual le irá permitiendo recuperar el saldo a favor técnico de IVA que mantenía inmovilizado y cada día más reducido por causa de la inflación.

No es una tarea sencilla, ya que se trata de otro emprendimiento que se agregará al que ya viene desarrollando. Si bien existen algunas ventajas, como mayores ingresos y la diversificación del riesgo de una única actividad, también habrá algunas desventajas como podrían ser ocasionadas por la mayor cantidad de personal afectado a la actividad o nuevos circuitos comerciales que supone una nueva actividad.

No existen recetas únicas. No todo productor está dispuesto a desarrollar una tarea complementaria. Cada productor deberá evaluar ventajas y desventajas con cada opción al efecto de optar por la decisión más conveniente. El esfuerzo por el desarrollo de un nuevo emprendimiento deberá compensar con creces la pérdida que se le ocasiona día a día al empresario agropecuario por el hecho de mantener inmovilizados los saldos a favor de IVA.